
Miles de técnicas aparecen día a día para el fortalecimiento del cuerpo y para frenar el envejecimiento y conseguir la eterna juventud. En este contexto, aparece la figura de Mary Claire Haver, obstetra y ginecóloga en ejercicio y autora del best seller del New York Times 'La nueva menopausia', que suele recomendar el chaleco con peso a sus pacientes.
"Sólo intento mantenerme fuerte tanto como pueda", dice Haver a Fortune Well a propósito de la recomendación de usar un chaleco con peso a quienes llegan a su consulta y es que, aunque pueda parecer contradictorio, un número cada vez mayor de mujeres están optando por llevar aún más peso sobre sus hombros.
En este contexto, en un intento por preservar su fuerza, muchas mujeres de mediana edad están comprando chalecos con peso para "optimizar su salud y contrarrestar la pérdida de masa muscular y ósea relacionada con la edad".
Según cuenta Fortune, en su edición de bienestar Well, Katie Couric, ex presentadora del programa Today y cofundadora de Katie Couric Media, comenzó a usar un chaleco con peso este verano para fortalecer sus músculos y huesos. Su instructora de Pilates le aseguró que no sería la única que usaría un chaleco en su caminata.
Al respecto, Mary Claire Haver, conocida como la principal médica de menopausia en las redes sociales bajo la cuenta 'The Pause Life', ha sido una de las personas más virales en mostrar el chaleco lastrado a sus más de dos millones de seguidores en Instagram y TikTok. Dejando de lado el estilo, ella lo recomienda por las mismas razones que Couric: su capacidad para mejorar la fuerza.
"Este es un regalo para tu yo futuro que te ayudará a mantener tus huesos y músculos fuertes e incluso a fortalecerlos, para que seas más resistente a los efectos del envejecimiento", agrega la médica.
Haver usa uno de sus seis chalecos lastrados cuando está en videollamadas, caminando en la cinta y limpiando la casa. Registra alrededor de una hora al día con el chaleco puesto, según cuenta su testimonio a Fortune .
Los costes de los chalecos varían ampliamente, desde aproximadamente 23 euros en línea para los modelos básicos hasta más de 238 euros para los chalecos G respaldados por atletas de la marca OMORPHO, cuya proporción de mujeres que usan los chalecos al menos una vez a la semana ha aumentado un 15% desde 2022, según el equipo de ventas de la empresa y los datos de la encuesta.
Beneficios de un chaleco con peso
Según la edición de bienestar de Fortune, a medida que las mujeres se acercan a los 40 años, comienzan a perder masa muscular de forma natural, un proceso conocido como sarcopenia. La menopausia acelera esta pérdida de densidad ósea y muscular a medida que disminuye la hormona estrógeno, que desempeña un papel crucial en la salud ósea.
"Usar un chaleco con peso mientras caminas o incluso haces tareas domésticas agrega una capa de resistencia a tu cuerpo que hace que uses tus músculos de maneras que de otra manera no lo harías, similar a cómo caminar con una bolsa de compras activa los músculos de tus brazos", destacan desde Well.
"El músculo es algo que el proceso de envejecimiento va desgastando, pero no es inevitable", afirma Haver, y añade que para combatir el fenómeno, "hay que trabajar en ello".
Sin embargo, muchas mujeres han recibido poca educación sobre las realidades del envejecimiento y la menopausia. "Crecí en una generación de mujeres en la que mi único objetivo era estar delgada y me decían que estar delgada era saludable. Lo único que hacía era hacer ejercicios aeróbicos. No levantaba pesas. No hacía nada para intentar mantener mis huesos y músculos sanos", afirma Haver al medio.
Pero a medida que vio que más mujeres desarrollaban osteoporosis, tenían fracturas y necesitaban cirugía, buscó una solución más novedosa para sus pacientes y para ella misma.
"¿Qué cosas pueden hacer las mujeres a cualquier edad, especialmente a una edad más temprana, que las beneficiarían a ellas y a su fortaleza ósea y muscular?", se preguntó. La osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos y puede causar fracturas y roturas, afecta a una de cada cinco mujeres mayores de 50 años, en comparación con uno de cada 20 hombres, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EEUU.