elEconomista.es

Especial Formación

El auge de los empleos tecnológicos crea un desajuste en la oferta universitaria

Foto de recurso de una programadora
Judith Arrillaga

El 70% de los trabajos del futuro todavía no existe. Así de tajante se muestra el Foro Económico Mundial. Además, para estos trabajos va a ser imprescindible tener grandes conocimientos tecnológicos. De hecho, no hace falta esperar a que llegue el futuro, es ya una realidad. Los empleos más demandados en la actualidad están muy relacionados con el ámbito tecnológico. Un informe reciente de LinkedIn apunta a que entre los que más demanda registran se encuentran analista de desarrollo de software, ingeniero de datos o ingeniero de inteligencia artificial. Es más, coincide en que se trata de los trabajos mejor pagados. Un experto en arquitectura de software, por ejemplo, cobra de media 44.558 euros, mientras que un técnico en arquitectura de sistemas TIC tiene un salario bruto anual de 45.560 según, datos de Infojobs.

Sin embargo, no son vacantes fáciles de cubrir y esto no solo se debe a la novedad de los puestos. El mayor deseo por parte de los jóvenes de cursar estos estudios universitarios para acabar en dichos puestos no está yendo de la mano de un incremento de las plazas en dichas carreras. "Se observa que existen mayores problemas de acceso en aquellas titulaciones que presentan mayores bases de cotización", explica el artículo de investigación Desajustes entre demanda y oferta de titulaciones en las universidades públicas presenciales publicado por Funcas. El centro de análisis detalla que "la oferta de plazas en las universidades públicas presenciales no se habría ajustado a las diferencias de salarios entre titulaciones".

Los autores, Aitor Lacuesta, Marta Martínez-Matute, Jorge Sainz e Ismael Sanz, presentan datos que revelan un incremento en los desajustes entre la oferta y la demanda de titulaciones, especialmente tras la pandemia. Las notas de corte para los estudios con mayores expectativas salariales han aumentado, reflejando una demanda creciente, mientras que la oferta de plazas en universidades públicas no ha seguido esta tendencia.

El mejor ejemplo de esta situación se da con la carrera de Matemáticas. Un 171% más de jóvenes quiere cursar Matemáticas y Estadística, sin embargo, las plazas de la universidad pública en esta titulación solo han aumentado un 29% en los últimos siete años, según datos de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD).

Algo muy parecido se da en la carrera de Informática, que en los últimos años ha registrado un importante incremento de su popularidad, con un 57% más de preinscritos mientras que las plazas han crecido a un ritmo mucho menor, un 20%. Unos datos que contrastan con las cifras de empleo que registra la profesión, con una tasa de empleo del 96,3%, de los cuales prácticamente el 98% tiene trabajo a tiempo completo. Tan solo el 2% de los trabajadores tiene un contrato a tiempo parcial y solo el 8,8% describe su trabajo como precario.

Por lo general, las disciplinas conocidas como STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) son las que muestran los mejores indicadores de inserción laboral, con más porcentaje de asalariados con empleos estables, trabajando a tiempo completo, en ocupaciones de alta cualificación, en puestos en el que se necesita nivel de estudios universitarios, trabajando "de lo suyo" y cobrando un sueldo igual o mayor a 1.500 euros mensuales.

Problema con solución

La universidad española ya está trabajando en corregir este desajuste entre oferta y demanda. Así lo explica a este medio Iván Zamarrón, coordinador de Innovación y Desarrollo de Oferta Académica de la Politécnica Nebrija (Universidad Nebrija). El experto detalla los recientes cambios en la oferta de plazas en las universidades públicas en relación con el mercado laboral: "La transformación digital que afecta al conjunto del mercado de trabajo ha impactado también a la oferta pública en las ramas de Ingeniería y Tecnología, campos en los que la universidad pública cuenta con más oferta o titulaciones, por delante de Humanidades y Arte".

Zamarrón subraya que existe una sensibilidad creciente en la universidad pública hacia la renovación y actualización de su oferta clásica, intentando responder a los retos que plantea la empresa del siglo XXI. Según él, las universidades están adaptando sus programas para alinearse mejor con las demandas actuales del mercado laboral, particularmente en áreas tecnológicas.

Para, Jorge Pérez Serrano, vicerrector de Estudios de Grado y Acceso de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), la universidad pública "tiene la obligación de dar curso a las demandas de las profesiones que conforman el espectro de sociedad proveniente de los estudios universitarios, tanto los más tradicionales como a los innovadores".

El problema es que a veces, muy recientemente, "tenemos nuevos ámbitos de conocimiento o especializaciones que dan lugar a una inminente demanda de profesionales altamente cualificados en este sector. La universidad pública puede y debe girar para cubrir estas demandas", señala el experto.