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Galicia da fuerza a Feijóo para enfrentarse al Gobierno de Sánchez

  • Las relaciones de Puigdemont con Rusia dificultan su blindaje en la ley de amnistía 

Está claro que este primer semestre electoral, con las elecciones gallegas, vascas y europeas fijadas en el calendario, iba a suponer una especie de segunda vuelta con respecto a los comicios generales del 23 de julio. Esta es una legislatura marcada por una ley de amnistía a medida de Junts. Una medida de gracia clave para que el Gobierno de Pedro Sánchez pueda avanzar y no se bloquee. Algo que parecía fácil se está convirtiendo en un caramelo envenenado y un dolor de cabeza.

Las victorias son un puntal más en los partidos políticos y si vienen acompañadas de la derrota del contrincante, mejor que mejor. Los comicios gallegos de este domingo supusieron un test de fuerza para el líder de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo. Las encuestas, incluso las internas del PP, daban el viernes una mayoría absoluta muy ajustada de 38 escaños en el Pazo do Hórreo (Parlamento gallego). Finalmente, la mayoría absoluta de 40 escaños que obtuvo Alfonso Rueda y el batacazo electoral del PSdeG, que perdió nada más y nada menos que cinco escaños, le dan el impulso político que el líder popular, y expresidente de la Xunta, necesita para conseguir su objetivo de echar a Sánchez de la Moncloa.

Las cosas le vienen más que dadas a Feijóo: a finales del pasado mes, el juez Joaquín Aguirre reactivaba la investigación abierta de los contactos del entorno del líder nacionalista catalán, Carles Puigdemont, con emisarios rusos antes del primero de octubre de 2017, cuando se votó el referéndum de independencia que la propia Justicia calificó de ilegal. Algo que le llevó a escapar a Waterloo, localidad belga donde todavía reside huído de la justicia española y solamente una amnistía le podría dejar volver con seguridad.
Estos supuestos contactos ponen en el ojo de la Unión Europea y de Estados Unidos al líder nacionalista catalán, por lo que dificultan a Sánchez mantener un blindaje del líder Junts en la ley, algo que a la formación independentista no le va a gustar nada.

En este punto es cuando Feijóo, reforzado por el liderazgo del PP gallego, entra en escena para intentar encandilar a los nacionalistas para una posible moción de censura que destrone a Pedro Sánchez.
La falta de garantías ante el blindaje de Puigdemont en la ley de amnistía llevará a que los de Laura Borràs intenten dar un golpe en la mesa para marcar territorio. Será un "o conmigo o sin mí", porque saben que son la llave para que el Gobierno funcione.

Lo cierto es que fuentes expertas han asegurado a elEconomista.es que el hecho de que Junts pueda apoyar una moción de censura del Partido Popular supondría su suicidio político en Cataluña, por lo tanto, es un escenario "muy poco probable", ya que es una visión muy cortoplacista.

Lo que muchos esperan a partir de ahora es que estos resultados en Galicia ayuden a Feijóo a seguir una senda de continuidad en su discurso de desgaste del Gobierno. El líder popular está esperando sentado a que el clima de tensión haga que no salga adelante la ley de amnistía y Junts deje de apoyar a Sánchez, dando lugar a un Gobierno bloqueado.

Conclusión: Sánchez se queda sin presupuestos, lo que significaría que la legislatura remataría mucho antes de lo que se esperaba y tendría que anticipar elecciones.

El discurso en contra de la amnistía va a estar muy presente en las elecciones europeas, seguirá siendo el principal argumento del PP en campaña con el objetivo de que Junts bloquee los presupuestos de Sánchez y así se paralice el Gobierno.

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