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Qué pasó en la Primavera Árabe de 2010: estos fueron los países que formaron parte

Foto: Dreamstime.

Entre 2010 y 2012 las protestas árabes se tomaron las calles en todo el mundo, con el fin de que los dirigentes políticos pusieran fin a la opresión surja la democracia y los derechos sociales. Un fenómeno histórico que se conoce como la Primavera Árabe que comenzó en Túnez y, en cuestión de semanas, se extendió a Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria.

El inicio exacto de estas manifestaciones fue el 17 de diciembre de 2010 en la ciudad de Sidi Bouzid, Túnez, cuando el vendedor ambulante Mohamed Bouazizi fue despojado por la policía de sus mercancías y cuentas de ahorros.

En respuesta, el comerciante se inmoló en forma de protesta lo que provocó que millones de tunecinos se rebelasen contra las "malas condiciones" a las que el país estaba sometido, lo que causó un "efecto dominó" en el resto de las naciones árabes.

De esta forma, en 2011, en Oriente Próximo y en el Norte de África, hubo un estallido sin precedentes de protestas populares y exigencias de reformas. Si bien comenzó en Túnez y, en cuestión de semanas, se extendió a Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Resultado del estallido, fueron derrocados líderes autoritarios que ostentaban el poder como Hosni Mubarak en Egipto y Zin el Abidín Ben Alí en Túnez.

"Mucha gente albergaba la esperanza de que esa Primavera Árabe instauraría nuevos gobiernos que traerían reformas políticas y justicia social. Pero la realidad es que hay más guerra y violencia, y que se reprime a quienes se atreven a alzar su voz por una sociedad más justa y abierta", explican desde Amnistía Internacional.

'La primavera que no llegó a florecer'

Cuando se cumplieron diez años de la Primavera Árabe, el balance de aquellas revueltas "ilusionantes" en una docena de países árabes se mantuvo "desigual", según describieron Roberto Calvo Macías y Miguel Ángel Iriarte en su texto 'La primavera que no llegó a florecer'.

En esta línea, los autores describieron que solo surgió una democracia, y esa fue en Túnez, donde se originaron las manifestaciones, pese a que por estos días vive periodos de "intestabilidad". En el resto de los países, se vive, hasta hoy, una radiografía hostil diferente. "En Egipto y Libia, a pesar de la caída de sus viejos hombres fuertes (Hosni Mubarak y Muamar el Gadafi), no cabe hablar de mejoras de entidad. Entre los frutos más amargos, medio millón de muertos, unos doce millones de desplazados, toneladas de escombros, economías destrozadas, endurecimiento de algunos regímenes, varios conflictos activos y una guerra civil particularmente desgarradora en Siria", escribieron los autores.

Con estos antecedentes, y con el rebrote del conflicto árabe israelí tras el ataque de Hamás, pareciera que la primavera, a día de hoy, sigue sin florecer, o por lo menos su 'leitmotiv' de la lucha democrática de los países árabes se mantiene con vida y es "asimilable" al que se siente sobre el Estado de Israel, como describe The Objetive.

A modo de ejemplo, este año, la ONU alerta de que dos tercios de la población de Yemen (21,6 millones de yemeníes), uno de los países que conformaron el dominó de la Primavera Árabe, necesita ayuda humanitaria y protección, por lo que ha pedido 4.300 millones de dólares (cerca de 3.945 millones de euros) para dar apoyo a los 17,3 millones de personas que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad.

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