
Durante muchos años, la ciencia ha hecho un intento por descifrar las claves de la felicidad y cómo llegar a ella. La misión generó que se hagan miles de estudios al respecto. Sin embargo, existe una investigación que salta la vista por ser la que hizo el seguimiento más duradero de una muestra en el mundo, 84 años para ser exactos, y que se deja ver en el libro 'The Good Life' de Robert Waldinger y Marc Schulz.
Waldinger y Schulz, evidencian lo que hace que las personas encuentren la felicidad, a partir de un estudio que comenzó en 1938 y que ha seguido las vidas de 724 estudiantes de Harvard y niños de bajos ingresos de Boston, en lo que vendría a ser "el estudio científico más largo del mundo sobre la felicidad hasta la fecha", según los investigadores y que recoge Fortune.
El estudio en curso, que se ha ampliado para incluir a los cónyuges e hijos de los participantes originales, cuenta con más de 2.000 personas. En él, los investigadores recopilaron los registros de salud de los participantes cada cinco años, realizaron pruebas de ADN en el camino y recibieron cuestionarios sobre sus vidas y bienestar cada dos años.
Según explica la publicación, aproximadamente cada 15 años, los investigadores se reunían con los participantes en persona para una entrevista. Los investigadores siguieron la vida de los participantes con la esperanza de encontrar la clave de la felicidad.
Las relaciones sólidas y el "ajetreo de la vida"
En cambio, una cosa se volvió irrefutable:"las relaciones sólidas predijeron con mayor precisión la felicidad de las personas a lo largo de sus vidas. Son intrínsecos a todo lo que hacemos y todo lo que somos", afirman los autores.
Ahora, eso no significa que debas entablar una conversación en un vagón de tren para tener una vida feliz. Waldinger dice que, en cambio, quiere mostrar con qué facilidad y de manera subconsciente "pasamos por alto la oportunidad de conectarnos cuando nos dejamos llevar por el ajetreo de la vida".
La conexión como piedra angular
El medio económico señala que, cuando se les preguntó a los participantes en el estudio de la felicidad cómo superaron la adversidad (enfermedades, recuerdos de guerra y pérdidas), sus conexiones siempre fueron una piedra angular de esperanza en sus vidas.
A medida que envejecían, los participantes que compartieron arrepentimientos principalmente lamentaron el poco tiempo que pasaban con familiares y amigos y cuánto les importaba lo aparentemente trivial: el éxito y el dinero.
Sacrificar nuestras relaciones
En esta línea, Waldinger señala que "no es que el logro no sea importante y satisfactorio. Lo es. Pero cuando sacrificamos nuestras relaciones, es cuando terminamos arrepintiéndonos y viviendo una vida que no es tan buena como podríamos tener".
Si te sientes incómodo con la calidad de tus conexiones, "estás de suerte" porque los investigadores dicen que nunca es demasiado tarde para mejorar tus relaciones, ya sea con un nuevo amigo o con alguien con quien nos reconectamos del pasado.