La inflación y la subida de los precios tocó la puerta de todos este 2022, incluso de aquellos países que gozan de una tradicional bonanza económica, como Suecia. El último registro de la tasa de variación anual del IPC del país escandinavo, evidenció un 11,5%, lo que sitúa a la inflación acumulada en un 10,1%.
En la radiografía de esta situación, se refleja el caso de los supermercados Matmissionen para personas en situación de pobreza, a los cuales han llegado otros perfiles de ciudadanos a pedir ayuda, lo que ha generado que las ventas se dupliquen en lo que va del año.
Suecia, uno de los países más ricos del mundo, también ha sentido en carne propia los estragos que está dejando una inflación histórica (la más alta del país de las últimas cuatro décadas). En esta línea, la subida de los precios de los alimentos y de la energía han puesto en apuros a una parte de los 10,4 millones de habitantes en la nación nórdica.
Con este catastrófico escenario económico, el gobierno sueco no ve un futuro alentador y advirtió que en 2023 el país entrará en una "recesión" más profunda y duradera de lo que se estimaba. "La economía y los hogares suecos estarán bajo presión en los próximos años", argumentó la ministra de Finanzas, Elisabeth Svantesson.
Anomalía en un país rico
La situación resulta anómala para los hogares suecos, ya que se tienen que enfrentar a los altos precios en las facturas de la luz, a la dificultad de conseguir comida a precios razonables y al aumento de los pagos de las hipotecas.
Así lo ha corroborado Johan Rindevall, emprendedor y jefe de la cadena de supermercados sociales Matmissionen, en Estocolmo, quien durante este año vio cómo se duplicó el número de clientes. "Hemos notado una mayor necesidad de apoyo entre las personas que conocemos a través de nuestra organización", explica Rindevall a la BBC.
Supermercado social
Esta cadena de supermercados sociales funciona mediante a membresías que permite a determinados clientes acceder a descuentos. El perfil de estas personas está asociado a tener un bajo nivel de ingresos en relación al resto de la población del país nórdico.
Sin embargo, el emprendedor cuenta al medio que han aumentado los clientes que, pese a tener un mayor ingreso que el mínimo establecido por el sistema de membresía, los han contactado para pedirles "apoyo".
Rindevall aclara que las personas que llegan a su emprendimiento no son personas que pasen hambre. Se trata de perfiles de personas con un nivel de vida "significativamente más bajo que el del resto".
"Nos encontramos con familias que no tienen la opción de reducir costos. No tienen ahorros a los que recurrir, lo que los obliga a bajar los gastos de subsistencia. Muchas veces dejan de comprar alimentos nutritivos para que les alcance el presupuesto", agrega.
Un tercio del precio original
La cadena de supermercados sociales Matmissionen tiene como uno de sus principales objetivos, "reducir el desperdicio de alimentos". Lo logra a partir de vender productos donados por empresas de alimentos que de otra manera serían desechados. Así los clientes, muchos de ellos jubilados, en paro recién inmigrados, pagan un tercio del precio original por cada producto.
Matmissionen tiene ocho tiendas en diferentes ciudades de Suecia, las cuales atienden a 25.000 miembros. Además, la organización hace reparto de alimentos a 25 refugios.
La llegada de nuevos perfiles de personas, que han aumentado la demanda de los productos de esta cadena, explica Rindevall, está relacionada con que han abierto nuevas tiendas, han llegado más refugiados desde Ucrania y, sin duda, por el imparable aumento de la inflación.