
Si quedaba alguna duda sobre la llegada inminente de la primera subida de tipos en la zona euro en más de una década, este fin de semana ha desaparecido. Olli Rehn, miembro del Consejo de Gobierno del BCE cercano a las 'palomas' (pese a ser finés), ha defendido una subida de tipos en julio y la necesidad de poner fin a los tipos negativos en otoño. El BCE está a punto de cambiar el rumbo de su política, lo que algunos expertos ven como un error que podría resucitar a los fantasmas de 2011: turbulencias en los mercados, fragmentación financiera en el bloque y riesgo de recesión económica.
La inflación está en máximos de la historia de la zona euro, lo que fuerza de cierta manera al BCE a usar las herramientas que tiene para poner coto a la subida de precios. Sin embargo, algunas casas de análisis, como BCA Research o Unicredit, creen que un cambio de rumbo de la política monetaria ahora no es lo más adecuado.
El argumento que esgrimen estas entidades es sencillo: unos tipos de interés más altos no harán bajar el precio de la energía y, por el contrario, sí pueden deprimir el consumo e incrementar los spreads en los bonos de la Eurozona, incrementando el riesgo de una nueva crisis en el bloque.
"Los halcones del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo se han hecho oír al respecto de la subida de tipos en julio. Tal medida sería un error de política porque el crecimiento europeo es débil (tendencia a la baja), mientras que la inflación está impulsada por la oferta y se atenuará significativamente", advierten desde BCA Research en una nota.
Erik F. Nielsen, jefe de Economía de Unicredit, cree que "poniendo todo junto, mi conjetura es que la mayoría de miembros del Consejo de Gobierno abogará por un aumento de los tipos en julio a pesar de que los datos seguirán debilitándose. Las palomas, con la probable excepción de Panetta, dirán que este movimiento está bien porque el punto de partida exacto de una serie de aumentos de tipos realmente no importa mucho, lo cual es cierto, siempre que esos aumentos de tipos sean realmente necesarios".
Desde el banco italiano también advierten del riesgo que supone elevar el precio del dinero en un momento en el que la economía se desacelera, la incertidumbre es máxima y los mercados empiezan a corregir con cierta violencia. "La ampliación de los diferenciales respecto al Bund alemán debería ser una señal intermitente para el BCE porque es un claro recordatorio de que los soberanos, los bancos y las empresas de varias jurisdicciones se enfrentan a costes de financiación cada vez más diferentes", asegura otro economista de Unicredit. "El BCE no debe descartar los últimos movimientos que ya alertan de fragmentación".
El crecimiento del PIB real en la Eurozona se ha desacelerado notablemente y los indicadores adelantados no presagian nada bueno. Este es el caso del SENTIX, publicado este lunes, que ha mostrado un dato muy preocupante (se habla ya de recesión). En el primer trimestre, el crecimiento del PIB real cayó hasta el 0,2% intertrimestral o una tasa anualizada del 0,8%. De manera preocupante, el PIB de Italia se contrajo un -0,2% durante ese período de tiempo, lo que sugiere que la desaceleración de Europa apenas está comenzando, aseguran desde BCA Research.
Pérdida de poder adquisitivo
Por otro lado, parece evidente que la alta inflación está erosionando los ingresos reales de los hogares, lo que reduce el gasto de los consumidores. Las ventas minoristas en toda Europa están perdiendo fuerza considerablemente, creciendo solo a una tasa anual del 0,8% mientras se contraen -0,4% mensualmente. Una subida de tipos en este contexto no frenará la inflación y encima pondrá otra losa más sobre los consumidores y las empresas que tendrán que pagar un precio mayor por endeudarse.
"La inflación europea es elevada, pero sigue impulsada principalmente por factores de oferta, en particular la evolución de la inflación energética. La inflación impulsada por la demanda es mínima en comparación con la de EEUU. Además, tanto la inflación subyacente como la general alcanzarán su pico en los próximos meses... Una subida de tipos del BCE en julio constituiría un error de política por tres razones: (i) el BCE no tiene control sobre la inflación impulsada por la oferta; (ii) la inflación de la Eurozona se debilitará sola; y (iii) el crecimiento económico seguirá siendo pobre", advierten desde BCA Research.
La subida de tipos dañará a los mercados (menor demanda, menos beneficios y un mayor coste de la deuda), con un impacto especial en los bonos y en las acciones cuyo precio dependa más de las expectativas de crecimiento futuro.
"En respuesta al riesgo significativo de una subida de tipos, seguimos recomendando a los inversores que se mantengan cortos (apuestas a que el precio va a caer) en acciones cíclicas y largos en defensivas. Además, si aumenta el riesgo de un corte de suministro de energía en Rusia, también aumenta la amenaza de una recesión severa en Europa. Ahora, preservar el capital es primordial en el contexto actual; por lo tanto, continuamos apoyándonos en el lado de la prudencia... Una vez que los riesgos retrocedan, abandonaremos esta estrategia", comentan desde BCA Research.