La sabiduría popular afirma que antaño una buena parte de los ahorros se guardaban bajo el colchón. Actualmente, el alza de la inflación junto con los bajos tipos de interés (a la espera de un cambio de rumbo por parte del BCE), dejan poca maniobra al ahorrador tradicional: guarde dónde guarde sus ahorros, es tiempo de desempolvarlos. Y una opción segura para invertirlos es el ladrillo.
El sector inmobiliario ha surfeado con nota la ola de la crisis y, no solo ha sido uno de los dinamizadores de la recuperación económica, sino que también se ha posicionado como un valor refugio.
El atractivo del inmobiliario sigue despertando el interés de inversores y particulares. Y es que la rentabilidad de la vivienda se situó en un 6,5% en 2021, según los datos de Fotocasa. De hecho, frente a otros activos como los Bonos del Estado o los depósitos bancarios, la vivienda se ha consolidado como uno de los productos financieros de mayor rendimiento en los últimos años. En 2020, la rentabilidad de la vivienda alcanzó la cota más alta de la década, situándose en un 6,8%.
A pesar de que, por primera vez, la rentabilidad bruta en términos generales a nivel nacional ha descendido ligeramente -del 6,8% al 6,5%-, el mantenimiento de tipos de interés bajos sumado a la incertidumbre provocada por la pandemia han consolidado los activos inmobiliarios como una opción de amparo y atractiva para los inversores.
Por un lado, las entidades bancarias ofrecen condiciones favorables de financiación para la compra de viviendas y, en este sentido, el euribor -índice de referencia hipotecaria para calcular los tipos de interés variable- se sitúa en negativo desde 2016. El índice despidió el 2021 muy cerca de mínimos históricos, con un -0,502 en diciembre, abaratando los préstamos hipotecarios y generando un escenario propicio para el comprador.
Por otro lado, a esta coyuntura se le suma otro denominador común anteriormente mencionado: la inflación. Sorprendiendo en los últimos meses con los máximos crecimientos en varios lustros, la inflación en España alcanzó el pasado mes de enero el 6%. Ante este escenario, inversores y familias buscan cobijarse de la pérdida de poder adquisitivo que acarrea este fantasma, invirtiendo sus ahorros en activos con una rentabilidad que pueda neutralizar su efecto.
Ante el modesto rendimiento de otros productos financieros, los inversores apuestan en sus quinielas por el sector inmobiliario y la compra de vivienda se erige como uno de los mayores refugios contra la inflación. En tiempos de incertidumbre, el ladrillo se posiciona no solo como una inversión segura y rentable a largo plazo, sino que también se revaloriza con el paso del tiempo.
La compra de vivienda como inversión ha representado el 9% del total de las transacciones
Precisamente, en el último año, la compra de vivienda como inversión ha representado el 9% del total de las transacciones de compra que se han realizado en España, situándose así en niveles similares a la época previa a la pandemia, cuando en 2019 se alcanzó un porcentaje del 10%, según el análisis Perfil del comprador de vivienda como inversión de Fotocasa Research.
La rentabilidad, por lo tanto, sigue siendo el motor clave para poner la vivienda en alquiler. No obstante, con la llegada de la inestabilidad provocada por el coronavirus, ha ganado peso la espera para que aumente el valor de la vivienda y así poder venderla. Mientras en 2018 un 6% de los españoles que compraban como inversión querían esperar a que el mercado mejorará para vender su vivienda, en 2021 este porcentaje se ha duplicado, situándose en un 12%.
¿Dónde invertir en España?
En toda España pueden encontrarse zonas muy rentables, destacando el auge de los mercados fuera de las zonas consideradas prime, como Madrid y Barcelona. Por ejemplo, resalta la rapidez con la que la Región de Murcia ha comenzado a presentar altos niveles de rendimiento, situándose como la comunidad autónoma más rentable en 2021 con una cifra del 7,5%, seguida de Navarra (7,3%), la Comunidad Valenciana (7,3%) y Cataluña (6,6%). Sin embargo, desde hace 10 años, existen regiones muy estables que han permanecido impasibles frente a los cambios y que continúan mostrando amplios beneficios como son las comunidades de las islas Canarias (6,5%), Andalucía (6%) y Baleares (5%).
Aunque, desde el impacto de la pandemia, han surgido nuevos focos como Gandía en Valencia, que representa la ciudad con más rendimiento del 2021 con una cifra del 9,6%. Le siguen Lleida (7,6%), Algeciras (7,5%), Roquetas de Mar (7,5%), San Cristóbal de la Laguna (7,5%), Santa Lucía de Tirajana (7,4%), Jerez de la Frontera (7,2%), Santa Cruz de Tenerife capital (7%), Cartagena (6,9%) y Manresa (6,8%).
¿Y por barrios?
El análisis de Fotocasa desvela que el barrio más rentable para comprar una vivienda y ponerla en alquiler en Madrid es Numancia con un 7,6% de rentabilidad, seguido de las zonas del sur de la capital como San Diego, Puerta Bonita u Opañel, donde el precio de los alquileres se ha revalorizado en 2021. Respecto a Barcelona, los barrios con mayor rendimiento en estos momentos son Provençals del Poblenou y El Raval con un 5,7% ambos, pero se hace necesario destacar que todos, excepto La Barceloneta y Sants, han aumentado su productividad con respecto a hace un año.
El garaje, activo de moda
Aunque la vivienda representa el principal activo de inversión en España, el auge de los garajes se ha posicionado como una alternativa muy atractiva. En comparación con otros activos inmobiliarios, como la vivienda, la inversión en plazas de garaje es mucho más asequible y presenta un rendimiento mayor. De hecho, en 2021 la rentabilidad de los garajes se situó en un 8,4%, frente al 6,5% de la vivienda, según el estudio La rentabilidad de los garajes en España en 2021 de Fotocasa. Y, precisamente, la Región de Murcia es la comunidad que presenta una mayor rentabilidad tanto en garajes como en vivienda.
Desde 2015, la curva del beneficio de los garajes presenta una tendencia al alza, aumentando del 5,8% al 8,4%. Asimismo, en 2020 el rendimiento de los garajes alcanzó su punto más álgido (9,3%), ya que la demanda empujó los precios al alza y muchos pequeños ahorradores se lanzaron a este mercado impulsados por un contexto de incertidumbre.
Aunque los inversores sigan o no las modas, el mercado se encuentra en unas condiciones muy provechosas para invertir y, en estos momentos, no existe un producto financiero más seguro que la inversión en inmobiliario. Así que, ahorradores, saquen el dinero de debajo del colchón.