
Todas las cifras de Intempo marean. El icónico rascacielos de Benidorm se levanta 198 metros sobre el suelo, tiene 47 plantas, 256 viviendas, una piscina de 800 m2 y 13.000 m2 de espacios comunes.
El coloso de hormigón -compuesto por dos torres simétricas unidas en su parte más alta por una estructura con forma de diamante- dará cobijo a 700 inquilinos. Los primeros habitantes de Intempo Sky Resort llegarán previsiblemente en el mes de septiembre, cuando el edificio residencial -el más alto de la ciudad alicantina y también de la Unión Europea- reciba el certificado de fin de obra.
Los más pudientes han desembolsado hasta 2 millones de euros por vivir cerca del cielo de Benidorm, aunque también hay propiedades en venta por cerca de 250.000 euros. En Intempo se paga la altura. El precio de las viviendas aumenta dependiendo del piso en el que se encuentran. A saber: un apartamento de 95 m2 en la planta 22 cuesta 371.000 euros, pero se encarece hasta los 497.000 euros si está situado en la planta 35.
A esa cifra hay que sumarle una media de 200 euros mensuales de comunidad. Todos los apartamentos de Intempo tienen terraza privada con vistas al mar Mediterráneo, plaza de garaje y cuarto trastero.
40% de ventas
Por el momento, se han vendido el 40% de los apartamentos de Intempo Sky Resort, una cifra que se mantiene estancada en el último año debido a la pandemia del coronavirus. Los clientes internacionales no pudieron visitar el edificio debido a las restricciones de movilidad y los nacionales congelaron sus decisiones de compra por prudencia.
La mayor parte de los propietarios -el 60%- son españoles, sobre todo de la Comunidad de Madrid aunque también hay de País Vasco y Navarra. El 40% restante proceden de Dinamarca, Noruega, Bélgica, Alemania o Rusia.
"Los compradores que adquieren apartamentos en las primeras plantas lo hacen con el fin de invertir. Sin embargo, los pisos situados en las plantas intermedias se utilizan por temporadas, es decir, los propietarios vivierán allí un parte del año y la otra los alquilarán; mientras que en las últimas plantas la compra es pasional" explica Jorge Romagosa, jefe de producto de la promotora Uniq Residential.
Otro de los grandes atractivos del rascacielos Intempo son las zonas comunes. Tendrá restaurante, cafetería, gimnasio, varias piscinas, jacuzzis, solárium, salas de masaje y sauna. Gran parte de esos servicios se ofrecerán en la última planta del rascacielos y su afluencia se controlarán digitalmente.
"La experiencia Intempo se basa en la altura y la exclusividad, por eso hemos situado las zonas comunes en las plantas más altas. Todos los inquilinos tienen que disfrutar del privilegio que es vivir en este edificio" explican desde la promotora. Además, el rascacielos Intempo ofrecerá servicios similares a los de un hotel. Habrá recepción, limpieza, seguridad y recogida de basuras en cada planta.
Sobrevivió a burbuja inmobiliaria
Intempo es un símbolo de la Costa Blanca desde hace varios lustros. Su construcción comenzó en 2006 de la mano de la ya desaparecida promotora Olga Urbano, pero el pinchazo de la burbuja inmobiliaria paralizó el proyecto. En 2012, la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) se hizo cargo de la deuda, y finalmente en 2017 pasó a manos del fondo de inversión estadounidense SVP Global, que -según se especuló entonces- pagó 108 millones por el préstamo del proyecto inicial.
Ahí comenzó el resurgir de Intempo. El fondo encomendó la comercialización del edificio a Uniq Residential mientras que Dragados se hizo cargo de terminar su construcción. En tan solo unas semanas Intempo lucirá -por fin- habitado y renovado en el skyline de Benidorm.