Un nuevo barrio con 3.500 viviendas, corredores verdes, conectado con dos parques forestales y a tan solo 20 minutos de Madrid. Se trata de Retamar de la Huerta, el último proyecto urbanístico del municipio de Alcorcón que está despegando con fuerza y que está llamado a convertirse en el nuevo foco de vivienda premium de Madrid al tratarse de un desarrollo puramente residencial y además de baja densidad, con una tipología de vivienda similar a la de Boadilla o Majadahonda.
La semana pasada Retamar alcanzó uno de los hitos más importantes, la aprobación por parte del Ayuntamiento de Alcorcón del Plan Especial de Infraestructuras (PEI) de Conexiones Exteriores, que contempla la reorganización de los accesos y la mejora de la red viaria, optimizando tanto su diseño como su capacidad de gestión del tráfico.
Tras este logro, se espera que el desarrollo, que nació hace 12 años, acelere en sus procesos, hasta tal punto que este mismo año saldrán a la venta las primeras viviendas.
"A lo largo del verano esperamos que puedan iniciarse las obras de urbanización y se va a solicitar la simultaneidad para poder empezar con las obras de edificación de las viviendas en el tercer o cuarto trimestre de 2026", explica en una entrevista con elEconomista.es Darío Rivera, presidente de la Junta de Compensación Retamar.
El proceso de construcción de las viviendas se extenderá por unos dos años, en ese plazo de tiempo se habrán finalizado las obras del PEI, que tienen una duración de 20 meses, por lo que a finales de 2028 podrán llegar los primeros vecinos a Retamar de la Huerta. Se habla de este nuevo barrio como el nuevo nodo residencial de lujo de Madrid, "pero no es solo por el concepto de vivienda, es también por la riqueza de su entorno", destaca Marta Sacristán, gerente de la Junta de Compensación de Retamar.
Con 30 hectáreas de zonas verdes Retamar nace rodeado de "dos espacios naturales que se van a regenerar hasta tener el carácter de parques forestales. Se trata de los parques fluviales del arroyo de la Madre y del barranco Pasidre", destaca Sacristán, que apunta que otros dos parques lineales atravesarán el nuevo barrio, lo que permitirá a los vecinos ir de un parque a otro siempre por zonas verdes.

Retamar, que cuenta con una extensión de 1.140.000 m², contará con 7 km de carril bici y 5,8 km de senda peatonal y 14,5 hectáreas de parques urbanos. Además, el barrio se ha diseñado con muy baja densidad residencial y a escala humana, "ya que los edificios de vivienda colectiva, que representan el 85% de las unidades, tendrán un máximo de cuatro alturas, y por otro lado habrá un 15% de viviendas unifamiliares, que se ubican en la frontera que limita con la urbanización de Campodón", detalla Rivera, que apunta que las calles del tejido residencial tendrán un ancho medio de 17 metros y se favorece la conectividad en todo el desarrollo con 1,8 hectáreas de zonas destinadas a senderos peatonales, carriles bici y diversos equipamientos deportivos.
Además, Rivera apunta que "la oferta de vivienda será muy amplia, ya que por un lado tenemos la vivienda pública y por tanto asequible, que representa el 30% del sector con 1.123 unidades" y por otro lado, "habrá un 70% de vivienda libre que será de un mayor tamaño y se va a ofertar a lo largo de barrio de manera híbrida, ya que la vivienda pública además está repartida por el ámbito, no está zonificada".
Asimismo, Rivera señala que el barrio contará también con oferta de alquiler asequible, puesto que uno de los grandes propietarios del suelo es el Ayuntamiento con el 20% del sector, que "seguramente destinará una parte de sus suelos a pisos de alquiler asequible".
¿Qué empresas van a construir las viviendas?
"Otra de las ventajas de este barrio es que el suelo está en manos de promotores muy consolidados", lo que acelerará la construcción de las viviendas. Así, la mayor parte es propiedad de Culmia, que cuenta con un 30% del sector, por detrás están Llave de Oro, Aedas y Realia.
Entre todos y el consistorio contarán con un 90% del ámbito, mientras que el resto está en manos de promotores pequeños, que en una parte, "seguramente venderán los suelos, ya que el desembolso en urbanización es relevante", apunta Rivera.
En total, Retamar de la Huerta movilizará una inversión prevista que rondará los 1.000 millones de euros a lo largo de los próximos años, de los que 100 millones corresponden a obras de urbanización y accesos exteriores.
Plan Especial de Infraestructuras
Sacristán pone en valor la relevancia del PEI de Conexiones Exteriores, ya que "lo más complejo en un desarrollo urbanístico son sus conexiones con el entorno. Es lo que de verdad da viabilidad económica al proyecto y coherencia con el crecimiento urbanístico planificado para la ciudad y su entorno territorial". Así, tras casi cinco años trabajando de la mano de todas las administraciones, "se ha logrado trazar un plan que comprende obras de una gran magnitud, y que no solo van a suponer una mejora y una buena conexión para Retamar, sino que también van a mejorar el tráfico de la zona, en un entorno que actualmente está muy saturado", apunta Sacristán.

La inversión prevista para la ejecución del PEI asciende a 14 millones de euros, financiada por promotores privados, mientras que el mantenimiento de las infraestructuras recaerá en las administraciones públicas. Las actuaciones contempladas en el proyecto incluyen la reordenación de la M-506 y su enlace con la M-50. Para ello, se soterrará un tramo de la M-506 bajo una nueva glorieta, mejorando la fluidez del tráfico y ampliando la M-506 de dos a tres carriles por sentido. Además, se habilitarán nuevas vías de servicio y accesos con el fin de reducir las conexiones directas.
Otra de las actuaciones clave será la construcción de una pasarela peatonal sobre la M-50, facilitando la movilidad segura de los vecinos en una zona actualmente inaccesible para peatones. "Todas las obras se ejecutarán por fases para garantizar una mínima afectación al tráfico en la zona", explica Sacristán.
En el ámbito de las infraestructuras de servicios, se ha proyectado una banda de infraestructuras soterradas paralela a la M-50, que incluirá las conexiones exteriores de abastecimiento y saneamiento del sector, una red de agua regenerada de más de 780 metros y la modernización del sistema eléctrico. Este último incluirá la instalación de dos nuevos centros de distribución eléctrica en la zona y la nueva subestación de Trigales en el ámbito del parque comercial, que servirá como nuevo punto de conexión a la red eléctrica.