
Ryanair no ha dado por concluida la reestructuración de su red de bases tras el cierre de Eindhoven (Holanda) y Bremen (Alemania). La firma de bajo coste ha abierto la puerta a clausurar más bases y reducir su capacidad si el precio del crudo sigue al alza y no consigue subir los precios de los billetes, que han caído un 3% de media en su primer semestre fiscal (marzo-septiembre), periodo en el que el grupo preveía que subieran el 1%. "No podemos descartar más recortes de capacidad o cierres de bases en Ryanair si los precios del petróleo suben o las tarifas aéreas caen aún más", asegura Ryanair tras publicar que su beneficio ha caído un 7,5%, hasta los 1.195,6 millones. Si se incluyen las pérdidas de 45 millones de Laudamotion, las ganancias de la low cost caen el 11%.
Tras el deterioro de sus cuentas se encuentra el encarecimiento del crudo, que se ha traducido en un incremento del 22% de los costes en combustible, el conflicto laboral, que le ha llevado a bajar los precios para mantener el ritmo de reservas, lastrado por las huelgas, y el alza de los costes de personal para frenar la fuga de pilotos. Así, en su primer semestre del año, que incluye toda la temporada alta, el tráfico de pasajeros de Ryanair ha subido el 6%, el menor ritmo en varios años, mientras que los ingresos por la venta de billetes apenas ha aumentado un 2,7% sin contar con Laudamotion.
La cifra de negocios de la compañía ha subido finalmente un 8,2%, hasta los 4.789,7 millones gracias, entre otras cosas, a la nueva política de equipajes. A principios de 2018 Ryanair prohibió a los pasajeros que no habían pagado el embarque prioritario (unos 5 euros) viajar con la maleta en la cabina, una medida que ha impulsado un 27% los ingresos extra o ancillaries, que ya suponen casi un 27% de la facturación total (en 2017 eran el 22,8%). "Los impulsores clave de este crecimiento fueron la conversión mejorada del abordaje prioritario y los asientos reservados", reconoce la compañía.
A partir de noviembre, todos los pasajeros tendrán que pagar por llevar su maleta tanto en cabina como en bodega, lo que reforzará más la facturación en pleno deterioro de los márgenes. Aún así, los ingresos suben la mitad que los gastos, que acumulan un alza del 16,6%.
En cuanto a los riesgos a medio plazo, Ryanair alerta de que el aumento del precio del petróleo, que ya ronda los 80 dólares, y la fortaleza del dólar darán lugar a más quiebras en el sector tras la desaparición de firmas como Azur Air o Primera Air en las últimas semanas y a "ajustes generalizados en la oferta de invierno".
Más allá del oro negro, la low cost ha advertido de que cada vez es más probable que tenga lugar un Brexit duro, por lo que ya se ha blindado para evitar que lastre su negocio. La aerolínea está pendiente así de recibir una licencia de vuelo británica para operar en el país y ha anunciado que si Reino Unido deja sin acuerdo la UE los accionistas británicos perderán derechos de voto y estarán obligados a vender sus títulos a inversores europeos.