
Cabify prepara su salida a bolsa. En pleno deterioro de su imagen, y entre acusaciones de elusión fiscal y precariedad laboral por parte de distintos colectivos, la empresa asegura ahora que está trabajando en el salto al parqué, que en cualquier caso no será a corto plazo. "Una vez que se han cubierto ya varias rondas de financiación para seguir creciendo es necesario empezar a pensar en la bolsa", aseguró este jueves en declaraciones a elEconomista Mariano Sylveira, director general de la firma para Europa y Asia.
El pasado mes de enero la firma anunció una nueva ronda de financiación en la que participaron varios fondos de inversión, con el japonés Rakuten a la cabeza, por un importe de 160 millones de dólares (alrededor de 140 millones de euros). Con esta última operación su valoración se elevó a 1.400 millones de dólares (1.200 millones de euros), con lo que se convirtió en el primer unicornio español, como se conoce a las start-up que superan los mil millones de dólares de valoración.
La empresa asegura que factura ya 70 millones de euros, pero según los datos que figuran en el Registro Mercantil la sociedad con la que opera en España, Maxi Mobility Spain, acumula pérdidas brutas entre 2014 y 2016 de casi 8 millones de euros. De hecho, al cierre del ejercicio 2016, el último con cuentas publicadas, el resultado bruto era negativo por importe de 5 millones, lo que supone triplicar prácticamente la cifra del año anterior.
El principal problema de Cabify no radica, sin embargo, en sus cuentas, sino en su imagen pública. Los taxistas acusan a la empresa de elusión fiscal por operar desde Delaware, un territorio offshore de Estados Unidos , donde se ubica su matriz; Podemos, al que Cabify anunció el jueves que demandará ante los tribunales, cuestiona igualmente su fiscalidad y asegura que la empresa tiene trabajando a falsos autónomos en una situación de máxima precariedad laboral. Pero no es sólo eso. Aunque todavía de forma anónima, algunos de los conductores que trabajan para la plataforma denuncian condiciones laborales precarias.
Cabify ofrece dos vías distintas de trabajar con la compañía. Una de ellas es ser autónomo y otra trabajador por cuenta ajena para una de las empresas que tienen flotas de vehículos con licencia VTC. Según explican los conductores, en este segundo caso, los salarios se sitúan de media en 882 euros, con jornadas de 10 horas y media durante seis días a la semana. Y, además, pueden ser despedidos en cualquier momento en el caso de que la valoración de los usuarios en la aplicación sea baja.
Mariano Sylveira, sin embargo, lo niega. El directivo admite que la jornada media se sitúa en 10 horas, señalando que "aunque es cierto que un 9% está 12 horas al volante, ese porcentaje sube hasta el 35% en el caso de los taxistas". Respecto a los salarios, asegura desconocer los sueldos reales al ser empresas ajenas las que pagan, pero señala que "de acuerdo con el convenio con el que trabajan estas firmas, los sueldos medios se sitúan en 1.100 euros, pudiéndose elevar hasta 1.600 o incluso 1.800 euros al mes teniendo en cuenta los variables".