Cabify ha decidido actuar ante la presión sobre el sector por parte de la Agencia Tributaria y traer a España parte de su patrimonio desde el Estado norteamericano de Delaware, un territorio offshore. De acuerdo con los datos a los que figuran en el Registro Mercantil, la sociedad estadounidense Maxi Mobility Inc. ha realizado, en concreto, una aportación directa de 93,8 millones de euros a la firma Cabify Mobility International SLU, cuyo domicilio fiscal está en Madrid. De este modo, el patrimonio neto de la sociedad ha pasado de 362.071 euros al cierre del ejercicio 2015 a un total de 94,4 millones en 2016.
Cabify Mobility International es la sociedad que tiene el control de las filiales del grupo a nivel internacional. Así, al cierre del ejercicio el 31 de diciembre de 2016, la firma, que tiene un sólo empleado, ha elevado el valor de sus activos desde 5,9 a 101,9 millones de euros. Entre otras, controla por ejemplo las acciones de las filiales en México, Perú, Chile o Colombia.
Además, el pasado 19 de enero, Cabify Mobility Internacional notificó al Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) que se convertía en el nuevo accionista único de la filial española Maxi Mobility Spain, que dependía hasta ahora directamente de la matriz en Delaware, colocando así una sociedad interpuesta entre la firma que controla el negocio de España y la matriz norteamericana. Este movimiento forma parte de una reorganización societaria que se está llevando a cabo tras las inspecciones que, según ha admitido en alguna ocasión la compañía, ha llevado a cabo la Agencia Tributaria.
Cabify Mobility Internacional registró el año pasado un resultado antes de impuestos de 210.676 euros, lo que supone casi seis veces más que un año antes. Según figura en sus cuentas anuales, la firma se apuntó 30.544 euros en concepto por Sociedades mientras que el año anterior no se contabilizó nada por esa partida pese a haber ganado 70.000 euros.
La aportación de 93,8 millones de euros realizada en 2016 por la matriz ubicada en Delaware (en 2015 apenas fue de 445.000 euros) coincide con la expansión internacional llevada a cabo por Cabify. Este año, la plataforma online constituyó ocho sociedades en distintos países de América Latina (Panamá, Ecuador, Brasil, Argentina...), Japón y Portugal. Según las cuentas de Cabify Mobility International, su participación en las sociedades del grupo estaba valorada en 2016 en unos 32,7 millones de euros, frente a los 5,8 millones de 2015.
Cabify, que se negó a explicar qué hay detrás del movimiento de capitales entre ambas firmas y a aclarar por qué pone una sociedad entre la filial española y la matriz de Delaware, de la que siempre ha dependido directamente, ha comunicado a este medio, una vez publicado el artículo, que traen los fondos a España para luego "distribuirlos según sea necesario entre América Latina y España". En 2015, en plena expansión por México, Chile y Perú, la firma norteamericana aportó 449.590 euros a Cabify Mobility International SL.
Según explica Garrigues en un artículo, este tipo de aportaciones de socios que van a fondos propios y no implican ampliaciones de capital no requieren su inscripción en el registro mercantil y están exentas del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (ITPAJD). A su vez, permite ahorrar en aranceles notariales, registrales y trámites y se puede usar para cualquier cosa e incluso para dejarlo guardado en la sociedad.
La compañía ha defendido siempre que tener la matriz en Delaware obedece a las exigencias de sus inversores debido a las "facilidades" que ofrece este Estado norteamericano. De hecho, casi el 60% de las 500 mayores sociedades de EEUU han establecido una sede en dicho territorio. En Delaware no hay impuesto sobre sociedades, ni sobre la renta, ni control de cambio, ni impuesto sobre el patrimonio o derecho de sucesión. Además, al abrir una sociedad no se exige un capital mínimo y hay secreto bancario, con lo que el anonimato está garantizado.
Todas las sociedades en rojo
A cierre de 2016, casi todas las firmas internacionales que cuelgan de la sociedad limitada han registrado pérdidas. En concreto, el negocio de México las multiplicó por cinco los números rojos hasta los 9,6 millones de 2016. En Perú pasó de perder 811.000 euros a 3,37 millones. Por su parte, Colombia, que se incorporó a la sociedad española en 2016, multiplicó por nueve sus pérdidas hasta los 2,7 millones.
Así, el negocio internacional suma unas pérdidas de 24,4 millones a lo largo del ejercicio. En este punto, hay que aclarar que lo normal es que un negocio que arranca registre pérdidas en sus primeros años de existencia.
En esta línea, la filial española, que cuenta por su parte con un patrimonio neto de 4,8 millones, mantuvo los números rojos. Sus pérdidas brutas se elevaron a 5,08 millones. El resultado neto mejoró gracias a la activación de créditos fiscales, reduciendo la cifra negativa a 3,5 millones. Desde su constitución en 2011, Cabify acumula en España unos números rojos de casi 9,5 millones. A pesar de todo, su crecimiento en los últimos años ha sido espectacular. Así, en 2016, la compañía declaró unos ingresos de 17,8 millones, más del triple que un año antes y nueve veces más que en 2015.
Autónomos en el 20% de la plantilla
Cabify declina dar datos sobre su flota, pero asegura que un 20% de los conductores que operan con la plataforma son autónomos. "Más del 80% de los transportistas que colaboran con Cabify son personas jurídicas, que operan en el sector de la VTC como empresas de transporte que cuentan con su propia plantilla de conductores y sus propios vehículos. El resto son autónomos, que ya trabajaban bajo dicho régimen antes de darse de alta en la plataforma", dice Cabify ante el anuncio de Hacienda de luchar contra la discriminación laboral en el sector.