
Los pueblos que recorren la geografía española son una muestra del legado cultural y las tradiciones de la zona. Hay muchos puntos curiosos que merecen una visita tanto por parte de los amantes de la historia como del turismo rural. La Comunidad de Valencia es uno de estos lugares en los que disfrutar de espectáculos únicos. Más allá de sus kilómetros de costa, en el interior tiene pueblos muy pintorescos con un pasado clave en la historia de España.
Estamos hablando de Morella, uno de los pueblos amurallados de la provincia de Castellón que es famoso por su impresionante fortaleza que domina el paisaje a más de 1,000 metros de altitud. Esta localidad cuenta con más de dos kilómetros de murallas, construidas y reforzadas desde la época medieval, lo que le da un aspecto imponente y majestuoso. Desde lo alto del castillo, se pueden observar vistas espectaculares del paisaje montañoso de la región, convirtiéndose en un punto ideal para el turismo.
La historia de Morella
Sus orígenes se remonta a hallazgos que indican asentamientos iberos, romanos y musulmanes. En la Edad Media, fue un importante enclave defensivo debido a su ubicación estratégica y su estructura fortificada. Esta rica historia se refleja no solo en sus murallas y fortaleza, sino también en sus edificios góticos, su acueducto y su basílica, que representan siglos de arquitectura y cultura.
Entre los lugares más destacados se encuentra la Basílica de Santa María la Mayor, una joya del gótico valenciano con su escalera helicoidal y su órgano renacentista, que es un ejemplo de la influencia artística que la ciudad ha absorbido a lo largo de los años.

Sin embargo, lo más espectacular de todo es su muralla de 2 kilómetros. Esta se compone de 14 torres y varias puertas, aunque las más destacadas son la Puerta de San Miguel, la de Forcall y la de San Mateo, cada una con distinto diseño para resistir los ataques de los enemigos en batalla.
Esta construcción data del siglo XIII, lo que hace que esta sea una obra de ingeniería mucho más complicada de llevar a cabo. La muralla hace uso de las irregularidades del terreno a su favor y su altura varía dependiendo del tramo, llegando a alcanzar hasta los 10 metros de altura. Durante los siglos no han sido pocas las veces que se ha restaurado la muralla. Actualmente está en condiciones óptimas para que los visitantes puedan recorrerla completamente.
Más allá de la impresionante construcción está su fortaleza, el Castillo de Morella es otra de las paradas obligatorias para empaparte de la historia y de su rol estratégico.
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