Transportes y Turismo

Magyar Vagon presentará hoy su opa sobre Talgo pese al veto anticipado del Gobierno

Coches de viajeros fabricados por Talgo. / Talgo

El grupo inversor húngaro Magyar Vagon formalizará previsiblemente esta tarde, a cierre de mercado, ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la solicitud de autorización de una oferta pública de adquisición de acciones (opa) de carácter voluntario sobre el 100% del capital del fabricante de trenes Talgo. En noviembre, tras hacerse público su interés, el fabricante de trenes señaló que el precio de la oferta sería de 5 euros por acción, por lo que la compañía española quedaría valorada en unos 630 millones de euros. Este jueves se conocerá, presumiblemente, los detalles económicos finales de la propuesta. Por ahora, las acciones de Talgo rebotan el 1,92%, hasta 4,25 euros. Un valor aún alejado del precio previsto en la oferta influenciado, entre otras cuestiones, por la oposición del Gobierno a la operación.

El precio ofertado por Magyar Vagon supone una prima del 19,9% sobre el precio al que cerraron este miércoles las acciones de Talgo, a 4,17 euros; y del 37,7% respecto a los 3,915 euros con los que cerró la jornada del 15 de noviembre, previa a que el periódico La Información desvelase el interés del grupo magiar por hacerse con la totalidad de Talgo.

Desde entonces, la cotización de la compañía ha sufrido dos suspensiones, la primera aquel día, y la segunda tras otra publicación en El Confidencial hace un mes, que calificaba de "inminente" la operación y que disparó el valor de las acciones. Pero entonces, la CNMV informó a Magyar Vagon que aún no tenía el plácet de los bancos para confirmar que no ejercerían la cláusula de reintegro anticipado de la deuda por cambio del accionista mayoritario, por lo que el grupo húngaro ha tenido que negociar bilateralmente con cada uno de los más de 20 bancos para mostrar su solvencia y recibir su aval.

Dudas sobre el origen ruso del capital

El grupo Magyar Vagon lanzará la opa a través de su sociedad Ganz-MaVag Europe Zrl., creada a tal efecto. Su accionariado está repartido en un 55% entre un conglomerado de empresarios húngaros liderado por András Tombor, y estando el otro 45% en manos del fondo estatal húngaro Corvinus. Los antiguos negocios con Rusia de ambas partes han levantado sospechas en Moncloa, que recela de cualquier tipo de injerencia que pueda estar relacionada con Vladimir Putin.

Por esta razón, el ministro Óscar Puente desveló este miércoles en una conversación informal ante periodistas de El Periódico de España su intención de hacer "todo lo posible" para rechazar la opa húngara sobre Talgo. Esta negativa ha sido bien acogida por sus socios de gobierno, la coalición Sumar, que de la mano de su portavoz económico, Carlos Martín Urriza, comentó que "no podemos perder una empresa estratégica como ésta en el sector ferroviario". Para ello, estudian la fórmula para considerar a Talgo como una "empresa estratégica", una posibilidad que ya planteó el ministro de Industria, Jordi Hereu, y que facilitaría el que se haga uso del llamado 'escudo antiopas' para frenar la operación.

De su lado, Magyar Vagon, Talgo y su mayor accionista, el fondo Trilantic, que está deseando deshacer su posición y salir del capital, han defendido en todo momento que se trata de una operación puramente industrial destinada a ampliar la capacidad del fabricante para cumplir con su cartera de pedidos, actualmente en máximos y con conversaciones abiertas para ejecutar más pedidos para FlixTrain, Le Train, Bulgaria o Egipto, entre otros.

Los próximos hitos a cumplir

Los compromisos de la operación incluyen que Magyar Vagon mantenga la sede y el control de la compañía en España, así como el empleo en las fábricas de Las Matas y Rivabellosa. En caso de que llegue a ejecutarse el cambio de accionariado se da por hecha la salida del consejero delegado, Gonzalo Urquijo, que fue elegido por Trilantic; pero el actual presidente y nieto del fundador de la compañía, Carlos de Palacio, podría continuar al frente.

La oferta, que se dirige exclusivamente al mercado español, será presumiblemente abonada en efectivo en su totalidad y se formula sobre la totalidad del capital social de Talgo. Estará condicionada, en todo caso, a lograr una aceptación superior al 75% del capital y a que se obtengan todas las autorizaciones regulatorias y gubernamentales, que ahora parecen las más difíciles de salvar.

El siguiente paso para que la operación siga adelante requerirá de la valoración favorable del consejo de administración de Talgo y la autorización del Consejo de Ministros, previo informe favorable de la Junta de Inversiones Exteriores. El Gobierno tiene hasta tres meses para autorizar o denegar la operación, que deberá estar motivada. Sólo entonces la CNMV podrá dar 'luz verde' a la oferta, si considera que se ajusta a la normativa vigente y el folleto presentado es suficiente. Es entonces cuando comenzará a correr el plazo de aceptación, allanando el terreno a que los inversores húngaros se hiciesen con el control del fabricante.

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