
Avances en la OPA sobre la fabricante ferroviaria Talgo. Según ha podido conocer elEconomista.es, el grupo inversor húngaro DJJ ha iniciado el proceso de auditoría conocido como due diligence, que permite al potencial comprador evaluar los activos antes de tratar de ejecutar la adquisición del 100% de la compañía, tal y como informó Talgo el pasado 16 de noviembre a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Estos progresos permiten confirmar el interés real de los inversores, aunque no implican que vaya a ejecutarse de forma obligatoria. De hecho, Talgo aseguraba el mismo día del anuncio que "no existe ningún tipo de decisión por parte de dicho inversor en relación con la posible OPA, ni certeza de que este vaya a seguir analizando la operación".
Este tipo de negociaciones suelen estar sujetas a un acuerdo de confidencialidad (NDA) que impide a los implicados comentar cualquier movimiento sobre la operación. Consultadas por este medio, todas las partes han declinado hacer comentarios al respecto: "DJJ no puede confirmar que esté interesado en adquirir Talgo, ni que haya tomado ninguna medida al respecto", apuntan desde el grupo húngaro. El fondo de inversión apela a sus políticas internas para no responder a ninguna consulta de prensa, mientras que desde Talgo tampoco han querido comentar estos hechos.
OPA a 5 euros por acción
Hace algo más de un mes, la constructora ferroviaria dio a conocer ante el regulador bursátil que un grupo inversor húngaro había presentado una manifestación preliminar de potencial interés para llevar a cabo una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el 100% de la compañía, por la que ofrecería hasta 5 euros por acción. Este movimiento implicaría el desembolso de hasta 632 millones de euros, representando una prima cercana al 28% respecto al valor bursátil de las acciones antes de conocerse el interés.
Esta operación implicaría la salida del capital del fondo Trilantic, que controla de forma indirecta el 39,70% de la compañía, y que lleva años queriendo deshacer su posición. "Es por todos conocido que están en proceso de salida", alegaban fuentes de la compañía en el momento en que se dio a conocer la información. Ostenta el control de Talgo a través de la sociedad Pegaso Transportation International SCA, de la que también forman parte varios miembros de la familia Oriol, herederos del fundador de la sociedad.
Fuera de ella, la familia Torrente Blasco maneja otro 4,91% del capital a través de su firma de inversión Torrblas; la aseguradora Santa Lucía, que tenía un 4,79% y rebajó su participación en febrero a un 2,86%; y el resto está en manos de miembros del Consejo de Administración e inversores minoritarios como Amundi (Credit Agricole), Santander AM o Norges Bank.
Objetivo: crear un gran grupo europeo
Al día siguiente de conocerse el acuerdo se filtró el nombre del grupo inversor húngaro: DJJ Group (Dunakeszi Jármüjavitó Kft), una sociedad controlada por la sociedad de inversión húngara Magyar Vagon, detrás de la cual estaría el empresario Andras Tombor, que además fue el encargado de presentar la oferta de adquisición al Consejo de Administración de Talgo. Semanas antes de confirmarse el interés sobre la empresa española, Magyar Vagon adquirió una participación del 75% sobre la planta de reparación de material rodante ferroviario MAV Vagon, situada en Szolnok (Hungría).
Con este movimiento, Tombor aspiraría a constituir un gran grupo europeo dedicado a las infraestructuras, incluida la construcción de material rodante para todo el continente. Estaría especialmente centrado en las posibilidades económicas que ofrecen tanto la reconstrucción de Ucrania, una vez se pueda dar por finalizada la invasión de Rusia, como su acercamiento a la Unión Europea, dada la necesidad de poder romper las diferencias en el ancho de vía, una tecnología casi en exclusiva en manos de Talgo.
La noticia, adelantada por La Información, obligó a la CNMV a suspender cautelarmente la cotización de la compañía española durante una hora, tiempo en el que las acciones subieron desde los 3,915 euros con los que cerró la jornada previa a desvelarse el acuerdo hasta cerrar ese mismo día a 4,385 euros. Las acciones de Talgo cerraron la jornada del pasado viernes a 4,37 euros tras varias semanas por debajo de este valor.
Las dudas del mercado sobre una operación en un estado muy preliminar hicieron caer el valor de la acción hasta los 4,15 euros el pasado día 13 de diciembre. Contrasta de manera significativa con los 4,60€ que rozó el mismo día que se confirmó la operación. Conocido el anuncio, los distintos analistas actualizaron sus recomendaciones y precios objetivos, elevándolos por encima de los 4,50 euros en la mayoría de casos.