
Un grupo húngaro explora lanzar una opa sobre Talgo a cinco euros por acción, lo que supondría valorar la compañía en unos 700 millones de euros. ¿Por qué es atractiva Talgo? El atractivo de Talgo tiene varias vertientes pero entre ellas destacan una cartera de proyectos en máximos de 4.200 millones de euros que se suman a la importancia de los trenes Avril –tanto de ancho fijo como de rodadura desplazable– para la alta velocidad en puntos clave del planeta.
Así, Talgo recibió nuevos pedidos por valor de 1.900 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone disparar su cartera total de pedidos hasta un nuevo máximo histórico para la compañía. Además, hace solo unos días que la compañía mejoró sus previsiones para el conjunto del año a raíz del impulso comercial registrado en este periodo. En ese sentido, la cartera de proyectos aumentó un 52%, tras las nuevos pedidos recibidos, tratándose principalmente de extensiones de contratos con los operadores europeos, lo que supone un menor riesgo de ejecución y márgenes más estables.
Del total de la cartera, el 50% corresponde al negocio de fabricación de trenes, el 46% a su mantenimiento (dentro del presupuesto en todos los mercados) y el restante 4% a reparaciones y otras partidas.
Los trenes Avril
La otra gran baza de Talgo son los trenes Avril, la apuesta clara en diseño de alta velocidad de la compañía madrileña que ha sido, y sigue siendo, un ejemplo en todo el mundo tanto a nivel de infraestructura como en las empresas de material rodante. Con parecidas características a los clásicos Talgo, ligeros, articulados y con coches cortos, su principal característica es que pueden viajar a más de 300 kilómetros por hora con más de 600 pasajeros. Además, cuenta con dos versiones, la de ancho internacional y la rodadura desplazable, lo que le permite operar en todas las vías españolas y la mayor parte de las internacionales.
Tras los problemas surgidos durante las homologaciones en nuestro país, Talgo consiguió hace unas semanas que la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA) diera el visto bueno a la unidad de trenes de ancho fijo y haya preautorizado a aquellos que utilizan ancho variable. La decisión de la ERA despeja el calendario para que Renfe, su comprador en España, acceda a este material rodante que necesita de manera imperante para atender toda la demanda de viajeros y, al mismo tiempo, seguir librando la batalla comercial con Ouigo e Iryo, al tiempo que abre la puerta a nuevos pedidos que refuercen la cartera de pedidos que ya está en cifras históricas.