
Dos años y medio después de que Aena pusiera sobre la mesa la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat, parece que por fin existe sintonía entre la compañía pública y la administración catalana. El proyecto inicial se paralizó por las dudas de la Generalitat sobre la afectación en el estanque de La Ricarda, protegido bajo la red europea Natura2000, pero ahora una nueva solución ha sido bien recibida por los representantes de ambas instituciones: erigir una plataforma sobre el pantano, que permitiría mantener la fauna subacuática del tramo, así como extender la pista por 840 metros hasta optimizarla en 3.600 metros.
La propuesta sale de las conclusiones de la comisión por la ampliación de El Prat organizada por la patronal Foment del Treball hace un año. El documento, presentado ayer, daba a conocer hasta once ideas diferentes: desde prolongar la vía en diferentes extensiones, volver a operar con pistas independientes, ganar espacio al mar para los aterrizajes y despegues o incluso construir un nuevo aeropuerto en otro punto de Cataluña.
Josep Sánchez Llibre, presidente de la institución, sostuvo que los empresarios del territorio no apoyan explícitamente ninguna de las iniciativas, aunque también es cierto que la de extender la pista por 840 metros es una de las más detalladas y trabajadas del informe. El propio texto admite que "sin pretender que sea la mejor, sí que es una opción surgida de los integrantes de la comisión, intentando optimizar todas las variables existentes y teniendo en cuenta los condicionantes aeroportuarios, medioambientales y económicos".
El dirigente señaló que ya se había reunido con el president Pere Aragonès y el presidente de Aena, Maurici Lucena. Fuentes cercanas a estos encuentros señalan que la iniciativa fue bien recibida por ambos estamentos, al contrario de lo que había sucedido hasta el momento con las alternativas que se habían puesto sobre la mesa.
La Generalitat también traerá su propia propuesta para ampliar El Prat a la comisión con los socialistas
"No nos corresponde a nosotros escoger", enfatizó el directivo, que pidió responsabilidad a los políticos. La propuesta podrá servir de base para la comisión técnica entre administraciones que el Govern y el PSC se comprometieron a crear antes de final de año para estudiar cómo hacer que El Prat gane capacidad. Consultada por este medio, la administración evita postularse, pero avisa de que traerá su propuesta propia a este nuevo foro.
El hecho de conseguir que la fauna subacuática no se vea afectada -Foment sostiene que incluso mejorará con los trabajos previstos de rehabilitación- pretende seducir a segmentos del Ejecutivo catalán que dudaban del impacto medioambiental. Además, se habilitarían espacios protegidos para compensar el golpe de la extensión de la vía en otras ubicaciones en los que se pretende reubicar a las aves para convencer a la Comisión Europea de que dé el visto bueno a la operación.
A nivel económico, la patronal defiende que es la opción más rentable, a pesar de un sobrecoste cifrado en aproximadamente 200 millones frente a la propuesta original de Aena, que extendía la pista en 500 metros. "Posibilita que lo aguante el mercado dado que permite todos los vuelos con la máxima carga de pago", sostiene.
Fuentes del gestor, no obstante, mantienen que la proposición original hecha en 2021 es todavía su favorita y que están a la espera de que las instituciones se pronuncien sobre el posible desarrollo del hub.
La plataforma se erigiría sobre unas columnas situadas cada diez metros para elevarse entre dos y cinco metros sobre el nivel del agua con un grosor de 140 centímetros. "Si le preguntas a un ingeniero te dirá que hay que hacer que la pista tenga 3.500 metros", añadió Lluís Moreno, presidente de la comisión.
La oposición del puerto
El documento admite que la prolongación de la pista "afecta al Puerto y su plan de expansión". Es por ello que la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) explicó que el viernes remitió una carta a Foment en la que advertía que la obra "pone en riesgo el presente y el futuro del puerto en la medida que puede imposibilitar el funcionamiento de la actual terminal de contenedores del Muelle Prat".
El cruce de intereses se produce porque la nueva terminal de contenedores llegará con grúas que alcanzarán los 90 metros de altitud para descargar los contenedores de los buques y ello podría estar en riesgo al acercarse los aterrizajes del aeropuerto.
Una decena de alternativas
La prolongación de 840 metros no es la única sobre la mesa. La propuesta original de Aena hablaba de 500 metros, aunque sin puente, y plataformas como Barcelona Global habló de añadir solamente 350 metros. También se habló de ampliarla por los dos lados, con el consecuente impacto para los habitantes de Gavà.
Pero más allá de la extensión de la pista, los expertos reunidos por la patronal también valoraron la posibilidad de recuperar la operativa de pistas independientes, que se abandonó en 2006 por el impacto acústico sobre las poblaciones vecinas. Si ahora los ruidos son una molestia para alrededor de 3.000 personas, con el cambio la cifra se ampliaría a 75.000 personas. "Todavía muy por debajo de los 300.000 afectados en Ámsterdam o los 400.000 de Londres", comparó Lluís Moreno, presidente de la comisión.
Existe la posibilidad de insonorizar las viviendas de los afectados hasta los límites máximos -65 decibelios durante el día y 55 decibelios de noche-, pero el dirigente admitió que la medida no tenía la misma eficacia que en el norte de Europa que en el Mediterráneo por el tipo de vida, más expuesto al exterior.
El informe añade además que sería una medida de un alto coste político debido a la oposición de los vecinos de la zona.
La patronal también dio a conocer las medidas con peor valoración, según sus criterios. Entre ellas estaría, por ejemplo, recuperar la idea de construir un nuevo aeropuerto en las comarcas del Penedès o l'Anoia, un plan que estuvo sobre la mesa hace décadas, pero que queda prácticamente descartado por su elevado coste económico.
Otra opción es la de ganarle terreno al mar. Ya sea con la edificación de una nueva pista sobre la costa -que tendría la misma tecnología de pilares aplicada en la propuesta preferida- o la construcción de pistas paralelas a la actual pista cruzada, que también invadirían parte de la playa y la costa.
Y por último: no hacer nada, como piden ciertos sectores políticos encabezados por Barcelona en Comú y parte de ERC. Los aeródromos de Reus y Girona, todavía con margen de crecimiento, serían los encargados de absorber el tráfico.