Tecnología

Zuckerberg elogia el modelo de protección de datos de la UE

  • Admite ante el Congreso que es "inevitable" aprobar algún tipo de regulación
  • Pide prudencia a la hora de regislar pero pide imitar el caso europeo
Mark Zuckerberg en su comparecencia de ayer en el Congreso. Reuters.

El máximo responsable de Facebook, Mark Zuckerberg, continuó ayer con su particular via crucis. El fundador de la red social respondió por segundo día a las preguntas de congresistas estadounidenses tras conocerse la utilización indebida para fines políticos de los datos de 87 millones de usuarios de su comunidad. Tras comparecer el martes en el Senado de EEUU, ayer lo hizo ante la Cámara de Representantes del país. Y pronto podría cruzar el Atlántico para continuar rindiendo cuentas ante los legisladores, ya que las instituciones de la UE están redoblando la presión para que comparezca ante el Parlamento Europeo.

Zuckerberg arrancó ayer de nuevo entonando un mea culpa. Pasó algún momento difícil, e incluso le preguntaron por qué deberían confiar en sus promesas, ya que está más interesado en hacer dinero que en proteger a sus usuarios. Volvió a mostrarse abierto a más regulación para proteger la privacidad ("será inevitable", dijo), aunque no entró en detalles. Y reconoció que sus datos personales formaron parte de la fuga masiva.

El escándalo de esta pérdida de información personal ha pillado a la UE en el lado correcto de la historia. La nueva normativa comunitaria de la protección de datos se ha convertido ahora en referencia para el planeta. Fue una de las propuestas más controvertidas de los últimos años (recibió 3.999 enmiendas en el Parlamento Europeo) y justo entrará en vigor el próximo ejercicio.

Ha sido el propio Zuckerberg quien ha colocado el nuevo reglamento de la UE como punto cardinal. "Creo que han hecho bien las cosas", comentó en su comparecencia del martes. Los europeos no escondieron su satisfacción por el reconocimiento. "Créanme, estaba realmente desesperada pensando cómo hacer la mejor campaña para el reglamento general de protección de datos. Así que esto es bienvenido. Gracias Zuckerberg", comentó ayer la comisaria de Justicia, Vera Jourova. "En relación con la protección de datos, los europeos estamos en la primera clase en el planeta", añadió la comisaria, también responsable de la protección del consumidor.

Pero al bloque comunitario no le vale con saber que los acontecimientos le están dando la razón. También quiere que los responsables que cometan negligencias rindan cuentas ante los europeos. Y el primero en la lista es, desde luego, Zuckerberg.

Los dos días de interrogatorio que ha pasado el fundador de la red social ante el Congreso de su país no satisfacen en el Viejo Continente porque "tenemos preguntas europeas", indicó Jourova. E insistió en que "se le debería dar una oportunidad a los legisladores europeos".

El Parlamento Europeo no ha perdido el tiempo para traer a Zuckerberg a este lado del Atlántico. El presidente de la institución, Antonio Tajani, le envió hace un par de semanas una carta para invitarle y que explique la pérdida de los datos de 87 millones de usuarios a través de la herramienta Cambridge Analytica, qué medidas piensa tomar para evitar que vuelva a suceder, o qué papel jugó su red social en elecciones europeas o en el referéndum sobre el Brexit.

El Gabinete de Tajani ha estado en contacto con el equipo de Zuckerberg esta semana para intentar atar su comparecencia, cuentan desde el círculo del italiano. Todavía no está claro si finalmente aceptará la invitación. Aunque el jefe de la red social rechazó comparecer ante el Parlamento británico, los eurodiputados no pierden la esperanza. Facebook necesita recuperar la confianza de su comunidad y de los legisladores. Pasar el examen de los europeos, los estrictos con la privacidad y entre los más críticos con sus errores, le ayudaría a poner algo de tierra de por medio con el escándalo.

Explicaciones en Europa

Por eso, mientras Zuckerberg se sometía al interrogatorio del Congreso estadounidense esta semana, la presión aumenta en el Viejo Continente. La conferencia de presidentes del Parlamento Europeo, su máximo órgano político, discutirá hoy este tema. Además, la institución ha incluido en la agenda de la sesión plenaria de la próxima semana un debate sobre el papel que juegan las redes sociales y otras empresas en el ecosistema informativo y político actual. "Tiene que haber principios más robustos, más responsabilidad y rendición de cuentas de los gigantes de Internet", explican desde el equipo de Tajani.

El cerco a Facebook en la UE también se mantiene por otros flancos. La influyente organización que agrupa a las autoridades nacionales de protección de datos ha decidido crear un grupo de trabajo para investigar cómo las redes sociales recolectan la información de los usuarios, y los fines que dan a estos datos.

Además, Jourova mantendrá hoy una conversación telefónica con la mano derecha de Zuckerberg, Sheryl Sandberg, para plantearle algunas de esas preguntas que todavía tienen los europeos. De fondo late cierto resquemor entre los responsables comunitarios al percibir que las grandes empresas no responden con la misma voluntad a ambos lados del Atlántico cuando meten la pata. Si Zuckerberg ha dado una respuesta al Congreso, que representa a unos 300 millones de estadounidenses, "el Parlamento Europeo, que representa a 500 millones de europeos, también merece respuestas", comentó a elEconomista el eurodiputado de los Verdes, Sven Giegold, uno de los más activos en este asunto. "Los europeos merecen ser tratados como usuarios de Facebook de primera, no de segunda", añade.

No es la primera vez que las autoridades europeas se sienten ninguneadas por las grandes compañías. Volkswagen ofreció a sus conductores europeos poco más que enviar sus vehículos a taller tras el escándalo del diésel, mientras que en EEUU tuvieron que hacer frente a unas multas y compensaciones para sus conductores que ascendieron a 25.000 millones de dólares.

Parte de la explicación se encuentra en el marco legislativo, ya que los consumidores estadounidenses cuentan con más herramientas para buscar no solo compensaciones sino incluso castigos económicos (las llamadas class actions).

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