Mark Zuckerberg, el confudador y máximo responsable de Facebook, se enfrentó ayer a las preguntas de los senadores que forman parte de la comisión de investigación del Comité de Comercio de la Cámara Alta del Capitolio sobre la filtración de datos de 87 millones de usuarios de la red social.
Pese a que en el acto explicativo Zuckerberg admitiese su culpa y errores cometidos por la red social en la gestión del caso de Cambridge Analytica, el máximo responsable de Facebook no evitó pasar momentos complicados en la comparencencia previa a la del Congreso que se producirá hoy.
Uno de ellos se produjo cuando Zuckerberg fue interpelado por el senador demócrata Dick Durbin que le preguntó directamente sobre si se sentiría cómodo compartiendo el nombre del hotel en el que pasó la última noche. A lo que el CEO, después de dudar, contestó con un rotundo "no".
Posteriormente Durbin le insistió sobre la posibilidad de que se conociesen los nombres de las personas con las que ha intercambiado mensajes, a lo que el fundador de Facebook no pareció querer prestarse y finalmente el senador demócrata concluyó que de todo eso era "de lo que se trataba, de la privacidad de los estadounidenses, que es lo que se había traicionado bajo el lema 'conectar a la gente alrededor del mundo'".
Pese a todo, el fundador de Facebook no salió mal parado de las preguntas de los senadores: "Estuvo muy bien pareciendo sincero en la forma en la que lo necesitaba, pareciendo contrito, haciendo contacto visual cuando lo necesitaba y mirando hacia abajo como diciendo 'te estoy eschando'. Sin duda parecía entrenado y sincero, como si quisera trabajar con los senadores. Pero también estuvo en su papel", explicó David Lavine, de la Universidad de California.
De esta forma, Zuckerberg logró la mayor subida en bolsa de su compañía en una jornada en lo últimos dos años, un 4,5% tras una caida del 14% en las últimas tres semanas.