
El venture capital, o capital riesgo, no es la única herramienta con la que cuentan los emprendedores para financiar el crecimiento de sus startups. De hecho, en los últimos años, ante la menor disponibilidad de esta modalidad como consecuencia de los periodos de volatilidad de los tipos de interés y de los mercados, el venture debt, o deuda de riesgo, está cogiendo cada vez más protagonismo y se está convirtiendo en una opción más que interesante para acompañar el desarrollo de las empresas emergentes. Es un modelo de financiación que no obliga a los dueños de la compañía a reducir su participación accionarial. En concreto, consiste en un préstamo que se devuelve con unos intereses y plazo acordados previamente.
No obstante, no quiere decir que ambas opciones sean contrarias, sino todo lo contrario, ya que cumplen funciones distintas y son altamente complementarias. "No se trata tanto de uno u otro sino de cuál de ellos se adapta mejor a las necesidades de la startup en un momento concreto de mercado o de su evolución como proyecto empresarial. Los instrumentos son complementarios y conviven en una estructura de capital óptima de una empresa", explica Alessandro Izzo director de Equity, Growth Capital y Project Finance del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en Europa en declaraciones a elEconomista.es.
Especifica que el producto de venture debt del BEI está diseñado para empresas que ya han completado su primera o primeras rondas de financiación y les ayuda a preparase para rondas futuras. "Se trata de un importante instrumento directo de cuasi capital que, aunque técnicamente está estructurado como deuda, está concebido para absorber el riesgo a largo plazo y limitar la dilución en comparación con una inversión directa en capital", apunta.
Más de 6.700 millones canalizados por el BEI
Izzo hace hincapié en que el venture debt está jugando un papel clave para financiar y fomentar empresas competitivas en sectores impulsados por la innovación como el deep tech y las tecnologías digitales, el cleantech, medtech, biotech o tecnologías del espacio entre otras. El BEI ha canalizado más de 6.700 millones de euros de financiación a más de 300 empresas a través de este instrumento. Heura, GreenLight Biosciences,UniversalDX, Amadix, Sateliot y Startk Future son algunas de las apuestas españolas del BEI. Por su parte, Rafael Mira, responsable de Startups & Alternative Lending de Santander España, define al venture debt como una herramienta valiosa que encaja muy bien con startups que ya tienen tracción y quieren acelerar su crecimiento minimizando la dilución de sus accionistas. Afirma que se está produciendo un interés creciente por el venture debt como instrumento financiero flexible.
"En un entorno donde el capital de riesgo se vuelve más selectivo, el venture debt representa una alternativa que permite seguir creciendo sin comprometer en exceso la propiedad", expresa Mira, subrayando que durante los últimos tres años se observa la aparición de nuevos actos, incluyendo entidades financieras. En este segmento, Banco Santander comprometió más de 120 millones de euros -con más de 30 compañías- solo en 2024.

Miguel Ángel Alcalá, responsable de BBVA Spark en España, recomienda el capital riesgo en etapas más tempranas de la startup, cuando aún no existe un modelo de negocio consolidado y se necesita apostar por crecimiento e innovación, sin la presión de repagar una deuda. En cambio, manifiesta que el venture debt puede ser una "excelente" opción para compañías en crecimiento que quieren evitar una nueva dilución, sobre todo cuando ya tienen cierto respaldo institucional y visibilidad sobre su flujo de caja.
"Lo importante es no ver estas opciones como excluyentes, sino como herramientas complementarias que pueden utilizarse en distintos momentos del camino emprendedor. O incluso utilizarse de forma combinada", añade. Asimismo, destaca que durante los últimos años, especialmente entre 2022 y 2024, el ecosistema de startups ha experimentado un cambio significativo. "La caída en las valoraciones, el endurecimiento de los términos de inversión por parte de los fondos de capital de riesgo, y un entorno macro incierto han hecho que las startups tengan que pensarse muy bien cuando quieran levantar una nueva ronda de equity. En este escenario, el venture debt se ha convertido en una herramienta estratégica para muchas de ellas", argumenta.
Sergio Pérez, director de Venture Capital de Banco Sabadell, saca pecho y asegura que la entidad catalana fue pionera en el sector (allá por el 2016) junto con el grupo financiero Inveready. Según Pérez, el venture capital busca sobre el papel rentabilidades que rondan el 35%, mientras que la deuda tradicional está en un retorno de alrededor del 5% o 6%. Considera que es una buena opción para compañías que presentan buenas métricas pero necesitan un mayor crecimiento.
Mayor eficiencia
De su lado, fuentes de CaixaBank sostienen que la elección entre capital riesgo o venture debt no debe plantearse como una elección excluyente, sino como una cuestión de adecuación a la etapa de desarrollo, necesidades financieras y estrategias de crecimiento. El venture debt es una forma de financiación no dilutiva que complementa muy bien al capital y permite generar eficiencia, acelerar el crecimiento y financiar necesidades puntuales reduciendo el coste de capital. Las mismas fuentes matizan que si bien en el año 2024 se alcanzaron cifras récord de operaciones y volumen de venture debt, este crecimiento ya venía de una fase ascendente y se vio impulsado por factores estructurales, más que coyunturales.
"Responde principalmente a una madurez progresiva del ecosistema emprendedor y a la evolución de estrategias de financiación de las compañías tecnológicas, que buscan optimizar su estructura de capital a través de una combinación más diversificada de instrumentos financieros", puntualizan desde la entidad, que en los próximos cinco años invertirá 150 millones de euros en scaleups y startups consolidadas de base tecnológica en España y Portugal.
Sostenibilidad financiera sobre el crecimiento
Gerard García, fundador y consejero delegado de Deale, resalta el cambio cultural que se está produciendo en el ecosistema emprendedor. y el mayor peso del venture debt en el entorno actual. "Cada vez más emprendedores priorizan la sostenibilidad financiera sobre el crecimiento a cualquier precio. El venture debt encaja bien en esta nueva mentalidad, ya que premia a las compañías con foco en la rentabilidad, márgenes sanos y modelos de negocio con fundamentos. En ese contexto, está dejando de ser una herramienta complementaria para convertirse en una opción estratégica", asevera.
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