
La fundación Mobile World Capital Barcelona está inmersa en un proceso de expansión para captar soluciones tecnológicas surgidas de universidades y centros de investigación de toda España para luego llevarlas al mercado. Desde su creación, hace ocho años, el programa de transferencia tecnológica de la fundación ha acompañado a más de 200 proyectos y ha impulsado 22 spin-offs. Actualmente, cuenta con un porfolio de 12 compañías que suman una valoración de más de 100 millones de euros. Albert Mascarell, curtido en la creación de startups y exCEO del venture builder especializado en salud BHV Partners, afronta con ilusión el reto y tiene muy claros los pasos a seguir.
Fue nombrado a finales de abril. ¿Con qué objetivos llega a MWCapital Barcelona?
Nuestro mayor reto en los dos próximos años será expandirnos por toda España y mantenernos como el venture builder de referencia en Europa de la mano del European Innovation Council (EIC). MWCapital se ha convertido en un referente europeo en transferencia tecnológica gracias a la colaboración con el EIC. En la última edición del programa Tech to Market en colaboración con el EIC se gestionaron 160 proyectos de investigación con potencial de llegar al mercado, con gran presencia de investigaciones españolas (23%), italianas (17%), alemanas (14%) y de otros países, y especializadas en ámbitos como el desarrollo de dispositivos médicos, la tecnología cuántica o la inteligencia artificial, entre otros.
¿En qué líneas trabajará la fundación para llegar a más centros de España y Europa?
Estamos trabajando en un reposicionamiento de marca y lo que hasta ahora llamábamos The Collider será tan sólo programa de transferencia tecnológica de Mobile World Capital Barcelona. Me gusta mucho el concepto de venture builder porque es lo que somos de verdad. Nuestra misión es apoyar proyectos científicos e innovadores en su transición del laboratorio al mercado.
Pero, ¿cómo será la expansión por Europa? Quiero decir, ¿abrirán alguna delegación, por ejemplo?
Cuando hablo de la expansión por Europa, esto implica buscar alianzas con instituciones europeas a las que llevar nuestras startups españolas, tipo como la que tenemos con Deep Tech Alliance. Estamos trabajando para construir más puentes y conseguir que nuestras startups sean aceleradas y consigan llegar a empresas globales. Por ejemplo, una empresa de Holanda, con impacto global, pueda hacer un piloto con una de nuestras startups. Para nosotros esa es la expansión, crear más puentes desde España hacia Europa y que nuestras spin-off consigan un beneficio.
¿Cómo explicaría el trabajo de un venture builder?
Simplificándolo mucho, porque es más complejo, no es más que ir a las universidades, a los centros de investigación, a las oficinas de transferencia tecnológica, etc. De hecho, vamos a contratar a más personal para entablar más relaciones y estar mucho más presentes para que se conozca la marca. Desarrollaremos toda una estrategia con eventos asociados. Haremos un roadshow por toda España durante el próximo año y el siguiente. Estamos terminándola y también licitando para proveedores. También trabajaremos en más colaboraciones. En definitiva, queremos que el programa sea referente y eso implica estar mucho más presente.
¿Qué perfiles vais a incorporar?
Empezaremos con posiciones clave, cubriendo sobre todo el scouting, el relacional con las universidades y los centros de investigación tecnológica. Más adelante, nos centraremos quizá en un perfil de desarrollo de negocio, aunque entendido dentro del marco de una fundación pública (tiene como founding partner a la Generalitat de Cataluña, al Ayuntamiento de Barcelona, al Ministerio para la Transformación Digital, a Fira de Barcelona y a GSMA). Y este marco es buscar alianzas.
La iniciativa comenzó en 2017 y han pasado por ella más de 200 proyectos con 23 spin-offs creadas, con un porfolio valorado en más de 100 millones de euros. ¿A qué aspira en esta nueva etapa?
Diría que como poco queremos duplicar el flujo de programas que entran. Actualmente, contamos con unos entre 30 y 40, por lo que deberíamos llegar aproximadamente a los 100 por ejercicio para montar entre cuatro y cinco empresas de forma anual. Ahora mismo montando una o dos empresas al año y el ratio entre los proyectos que entran y las empresas que surgen es muy bajo, diríamos que alrededor del 5%. La metodología que empleamos es muy buena, fíjate que lleva ocho años haciéndose. Sin embargo, lo que necesita es más caña.
Una vez constituida ya la spin-off, ¿qué papel juega MWCapital?
Vamos desinvirtiendo a partir de cierto nivel de forma parcial, es decir, vamos desinvirtiendo en nuevas rondas de financiación, si se produce una salida a bolsa o si la compañía es comprada en tu totalidad.
¿Qué hacen con el retorno de la inversión?
Lo volvemos a invertir en todo el flujo. Es como un círculo vicioso. Invertimos en un proyecto y lo que obtenemos tras que se produzca una de las opciones anteriores, lo volvemos a destinar a un proyecto nuevo. Así es como mantenemos la estructura. Un venture builder privado, como es lógico, le da ese retorno a los accionistas, pero aquí se queda en el ecosistema porque somos un servicio público.
¿Cómo se financia el programa de transferencia tecnológica?
Tenemos una partida aprobada de forma estructural y frutos de los acuerdos con los partners y como el del EIC somos capaces de tener un flujo elevado de proyectos. Es decir, lo que nos soporta de verdad y nos da escalabilidad es la parte pública, sin duda.