Tecnología

Francia deshoja el tulipán para robarle ASML a Países Bajos

  • La firma es contraria a la presión fiscal y la política migratoria de Ámsterdam
Máquina de litografía ultravioleta extrema de ASML. ASML.

El núcleo del desarrollo tecnológico actual son los chips. Estos semiconductores son empleados en teléfonos móviles, coches eléctricos, misiles teledirigidos y en el avance de la IA. Por lo tanto, las firmas de esta industria poseen un gran valor estratégico que determinados países están dispuestos a salvaguardar. En este sentido, Países Bajos ha dado la voz de alarma ante la posibilidad de que ASML, gigante de la litografía para chips, se marche del país. La empresa neerlandesa se siente amenazada por las leyes antinmigración y la presión fiscal de Ámsterdam, lo que le ha llevado a explorar otros destinos como Francia para continuar su crecimiento.

ASML está cerca de emular a Shell, firma que abandonó Países Bajos en 2021 tras el incremento del impuesto sobre los dividendos en territorio neerlandés. La firma, único fabricante del mundo de litografía EUV (ultravioleta extrema, en inglés) para chips avanzados, había aguantado hasta ahora la presión fiscal de Ámsterdam, sin embargo, dos medidas de la política migratoria de Mark Rutte han empujado a ASML a considerar la posibilidad de abandonar Países Bajos.

Por un lado, el plan del Gobierno para levantar los beneficios fiscales a los trabajadores extranjeros de elevada cualificación, uno de los atractivos para atraer a este tipo de mano de obra. Por otro lado, la posibilidad de limitar el número de estudiantes extranjeros habilitados para estudiar en las universidades neerlandesas. Ello se debe a que el 40% de los 23.000 empleados de ASML en Países Bajos son extranjeros. "Las consecuencias de limitar el trabajo extranjero son amplias, necesitamos gente para innovar. Si no la conseguimos aquí, nos iremos allá donde podamos crecer", afirmó Peter Wennink, director ejectuvio de ASML en conversaciones con los inversores de la firma.

Además, Wennik dio el aviso indicando que "mucho cuidado, porque pronto tendréis exactamente lo que pedís", en clara referencia a la victoria electoral de Geert Wilders, líder del partido islamófobo Partido por la Libertad, la cual augura un endurecimiento de la política migratoria del próximo Gobierno neerlandés, el cual está en pleno proceso de negociación. La salida de ASML sería un varapalo estratégico para el país europeo, ya que, si bien la firma posee numerosos centros por todo el mundo, ensambla sus máquinas en Veldhoven, ciudad ubicada al suroeste de Eindhoven. Por ello, el todavía Gobierno encabezado por Mark Rutte ha puesto toda la carne en el asador para convencer a ASML de que se quede en casa.

Concretamente, Rutte encabeza la 'Operación Beethoven', un despliegue de esfuerzos que tienen como objetivo persuadir a ASML de que mantenga su producción en Países Bajos, según informó en exclusiva De Telegraaf. En el contexto de esta iniciativa se reunieron la semana pasada Micky Adriaansens, ministra neerlandesa de Economía, Peter Wennik y el propio Rutte. En relación con la hipotética salida de ASML, Adriaansens afirmó en una entrevista con Reuters que no sabía si se irían, señalando que "quieren crecer, y quieren crecer de una forma que presiona nuestra infraestructura".

Tras aquel encuentro al mediodía, Mark Rutte y Gabriel Attal, primer ministro francés, se reunieron por la tarde para tratar diversos temas como la candidatura de Rutte a la secretaría general de la OTAN y la soberanía tecnológica europea. En este sentido, en la rueda de prensa posterior, ninguno de los dos primeros ministros dio detalles sobre la posibilidad de que ASML recalara en Francia, después de que De Telegraaf, medio que dio la exclusiva de la Operación Beethoven, señalara que la firma estaba valorando marcharse al país galo.

Si bien Attal señaló, al ser cuestionado por la hipotética llegada de ASML a su país, que el objetivo de Francia es reforzar la soberanía tecnológica europea, también valoró positivamente la llegada de capital extranjero a territorio francés. En este sentido, Francia proporcionó en 2023 ayudas económicas a STMicroeletronics y GlobalFoundries para facilitar la construcción de una nueva fábrica de manufactura de chips. Aquella medida fue aprobada por la Comisión Europea, y discurrió de forma paralela a la estrategia de Francia para atraer fabricantes de baterías para coches eléctricos.

Paralelamente, Francia habilitó a finales de enero un programa de aprendizaje de francés destinado a 30.000 estudiantes indios, los cuales estudiarán un año en el país galo antes de proseguir sus estudios en universidades francesas. El objetivo de París es captar mano de obra cualificada y barata originaria de un país que, además, anunció en 2021 un plan para formar 85.000 ingenieros vinculados a la industria de los chips. Se trata de una tendencia que es la opuesta a la que se está produciendo en Países Bajos.

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