Economía

Shell podría enfrentarse al millonario impuesto 'Hotel California' tras su polémica marcha de Países Bajos

  • La oposición de Países Bajos pide un impuesto para las empresas que se marchen
  • La polémica surgió con la marcha de Unilever en 2018 buscando mejor trato
  • La propuesta ha sido calificada con sorna como el impuesto 'Hotel California'

Royal Dutch Shell anunció este lunes que trasladará su oficina central a Reino Unido desde Países Bajos  ante la presión de los impuestos y los tribunales holandeses por el cambio climático. Esto ha generado cierto revuelo en el país y el enfrentamiento entre el gobierno y la oposición de izquierdas sobre el sistema fiscal y lo que se debería hacer. La oposición quiere aprobar una multa para las empresas que se marchen del país buscando mejores condiciones fiscales, haciendo de Países Bajos una suerte de 'Hotel California', en el que puedes entrar cuando quieras, pero nunca puedes salir.

La empresa lleva tiempo enfrentándose al cuestionamiento y escrutinio de sus inversores por mantener una estructura dual, que además había sido golpeada recientemente por una orden judicial holandesa relacionada con sus objetivos climáticos, que han sido calificados de poco ambiciosos. 

La firma ha mantenido una disputa prolongada con las autoridades holandesas por el impuesto de retención de dividendos del 15% del país sobre algunas de sus acciones, lo que las hace menos atractivas para los inversores internacionales. Shell introdujo la estructura de acciones de dos clases en el 2005. Fuentes próximas al Gobierno han asegurado a Bloomberg que el Ejecutivo que lidera Mark Rutte estudia cambios fiscales para evitar la marcha de Shell, aunque no está claro que cuente con los apoyos necesarios.

"Shell amenaza con irse porque tienen que pagar impuestos sobre los dividendos", asegura Jesse Klaver, líder de GroenLinks, un partido político de izquierda. "¿Qué hace el gabinete? Proponer eliminar todo el impuesto. Esa no es la solución, eso es un chantaje. ¿Quién gobierna los Países Bajos en realidad? "

La relación entre Shell y su país de origen había estado sometida a tensión durante algún tiempo. Ser la sede de una empresa que bombea más de 3 millones de barriles equivalentes de petróleo y gas cada día es cada vez más incómodo para muchos en la sociedad holandesa, a pesar de que Van Beurden, director ejecutivo de Shell, ha comprometido a la empresa a lograr emisiones netas de carbono cero para 2050.

A principios de este año, un juez dictaminó que la transición de Shell a la energía limpia estaba siendo demasiado lenta y ordenó a la compañía que redujera los gases de efecto invernadero aún más rápido por respeto a los derechos humanos y las opiniones de los ciudadanos holandeses. El mes pasado, el fondo de pensiones para empleados del gobierno en los Países Bajos decidió deshacerse de todas las acciones de la compañía petrolera, una decisión que enfureció al equipo ejecutivo de Shell.

Los Países Bajos, residencia de muchas multinacionales, se considera tradicionalmente como una de las naciones europeas más favorables para estos negocios. Pero Shell no es la primera empresa que busca un lugar más 'adaptado' a su planificación fiscal. Unilever, el gigante anglo-holandés de bienes de consumo, eligió Londres como sede el año pasado.

Además, ahora Shell podría recibir una sanción o multa de salida de miles de millones. Esta es una propuesta por que quieren poner en marcha los partidos de la oposición holandesa y que ya generó un amplio debate con la marcha de Unilever.

Tom van der Lee, un diputado del partido verde holandés, le ha comentado al Financial Times que aceleraría una propuesta para crear un "impuesto de salida" que inicialmente fue diseñado para golpear al gigante de los consumidores anglo-holandés Unilever con miles de millones de euros por marcharse del país el año pasado.

El impuesto fue propuesto por primera vez por el partido verde holandés en 2020 para castigar a las empresas que abandonaron los Países Bajos por otras jurisdicciones con regímenes fiscales corporativos menos onerosos. El proyecto de ley de miembros privados ahora ha sido recuperado después del anuncio de Shell.

Van der Lee, el diputado verde que está detrás de la propuesta del impuesto de salida, asegura que solicitará que el parlamento holandés debata el impuesto antes de la reunión de accionistas de Shell el 10 de diciembre.

Una prioridad para la oposición

"El impuesto de salida se ha convertido en una prioridad política para algunos partidos de la oposición después de la decisión de Shell", asegura Van der Lee. "El gobierno interino tiene que darse cuenta de que Shell ha tomado una decisión y no es posible mantenerlos en el país".

El impuesto de salida cuenta con el apoyo de los Verdes y del Partido Laborista, pero, fundamentalmente, necesitará el respaldo de los partidos liberales Demócratas y Unión Cristiana que probablemente formarán el próximo gobierno de coalición.

Van der Lee sostiene que había una "ventana de oportunidad" para ganar un apoyo parlamentario más amplio, ya que la negociación de coalición estaba en curso entre el partido pro empresarial del primer ministro Mark Rutte, el liberal D66 y la Unión Cristiana de tendencia progresista. 

Los críticos se han burlado de la propuesta calificándolo como el impuesto 'Hotel California', parafraseando la canción de los Eagles donde "puedes ir cuando quieras, pero nunca puedes irte". El año pasado, el consejo de estado holandés dictaminó que el impuesto no se podía aplicar retroactivamente a las empresas que ya habían abandonado el país, incluida Unilever.

Shell dice que ha recibido un amplio asesoramiento legal y concluyó que incluso si el proyecto de ley propuesto estuviera en vigor en su forma actual en el momento de la marcha, es poco probable que el grupo incurriera en una multa fiscal.

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