
De pasar de ser una empresa a la que cualquiera aspiraría y estaría orgulloso de trabajar, a ser un dolor de cabeza diario a los 2.000 empleados que quedan. Desde la llegada de Elon Musk a Twitter hace ya casi un año, la compañía se ha convertido en un infierno donde poder acceder al sistema y llevar a cabo tus labores no está asegurado al día siguiente.
El medio digital británico Inewspaper ha tenido la oportunidad de hablar y conocer el testimonio de tanto algunos trabajadores restantes que quedan en la red social al igual que con exempleados, para conocer más a fondo la situación actual de Twitter, y como está tirando a pesar de los recortes y el modelo de dirección de Musk.
Son tiempos muy complicados para Twitter, cualquiera está en el punto de mira, ya que como ocurrió hace una semana, de un día para otro, 200 trabajadores fueron despedidos sin previo aviso. Pero esto es solo la punta del iceberg, aquello que podemos ver, pero hay toda una montaña de problemas que el público no ve.
"Es una olla a presión", dice uno de los trabajadores que por motivos obvios habla desde el anonimato, "No hay directrices. No hay respeto. No hay transparencia en absoluto. Es horrible". Al parecer, los que todavía siguen en la empresa mantienen eso del "trabajo hardcore" en la que las jornadas diarias son de más de 10 horas.
Otro caso que ejemplifica la mala situación que hay en Twitter, es que la última caída de la red social se produjo porque tan solo un ingeniero había sido encargado de reescribir el código que mantiene en funcionamiento la app, un trabajo normalmente realizado por un grupo.
Pero ya no solo son las ordenes de realizar tareas de una forma precaria, sino que la cadena de mando es cada vez más débil. Según cuenta un extrabajador que todavía sigue en contacto con gente de Twitter, hace unas semanas el equipo directivo pidió a los jefes restantes de cada sección que redactaran un listado con empleados que se merecían un ascenso.
Pero poco sabían estos jefes que acaban de pegarse un disparo en el pie, ya que a la semana siguiente, fueron despedidos y sustituidos por las mismas personas que habían recomendado. "Cada vez menos empleados están orgullosos de decir que trabajan para Twitter" señala Bruce Daisley, ex vicepresidente de Twitter en Europa, Oriente Medio y África.
El mismo añadió que muchos de los que siguen trabajando para Musk es porque su situación de permiso laboral y residencia en el país está estrictamente relacionada con su empleo en la plataforma, por lo que no tienen otra opción que tragar. Es por ello que ahora, los empleados que todavía quedan en la app miran con una combinación de envidia y horror a los que han sido despedidos.