
Muy pocas empresas pueden presumir de convertir 6 de cada 10 euros que ingresan en beneficio limpio. Un milagro que desde hace varios años repite una tecnológica, Edicom, que no ha nacido en Silicon Valley sino en Valencia.
Este grupo especializado en prestar servicios de factura electrónica e intercambio electrónico de datos volvió a crecer a dos dígitos tanto en negocio como en ganancias durante su último ejercicio.
Un nuevo salto impulsado por el auge de la digitalización que ha supuesto la pandemia del Covid 19 y que ha aprovechado en todos sus mercados. El grupo valenciano, que posee filiales en varios países europeos, Estados Unidos y Sudamérica, elevó así su negocio consolidado hasta los 152,8 millones de euros en 2021, un 15,6% más.
Pero lo más espectacular en esta evolución ascendente son si duda sus fuertes ganancias. Esta auténtica mina de oro tecnológica consiguió un resultado neto de 90,2 millones de euros, un 25,4% más que el año anterior según reflejan sus cuentas anuales. En los tres últimos ejercicios la empresa, que paradójicamente aún sigue siendo una gran desconocida en la propia Valencia, fue capaz de generar 234 millones de euros de beneficio.
Su historia
Edicom nació en 1995 de la mano de cuatro ingenieros de telecomunicaciones e informáticos: los hermanos Vicente y José Vilata, Ana Darder y María Dolores Casares, que siguen siendo sus propietarios y máximos responsables. Estos emprendedores desarrollaron una aplicación estándar para realizar intercambio electrónico de datos (la tecnología conocida como EDI) entre empresas. Con la explosión de Internet, Edicom fue poco a poco incorporando a clientes y abrió su primera filial en 2000 en México.
La empresa valenciana logró sobrevivir a la burbuja de las puntocom de comienzos de siglo, aunque su verdadera explosión llegó con la apuesta de las administraciones por extender la factura electrónica y las certificaciones electrónicas de impuestos como el IVA. Una tramitación electrónica que hace necesaria una tecnología como la desarrollada por la compañía valenciana que hasta entonces era cosa de grandes empresas. Unas aplicaciones que ha ampliado con la implantación y generalización de la nube.
De Paterna a Wall Street
Impulsada por esos cambios normativos y por la necesidad de las empresas de ser cada vez más digitales Edicom instaló filiales propias en Francia e Italia en Europa.
Con la ventaja del idioma también se extendió en América. Primero a Colombia, Argentina, Brasil, y por último a Estados Unidos, donde su sede está ubicada en el mismísimo Wall Street. El año pasado ya superó los 10 millones de euros de negocio en Estados Unidos. Pero su mayor mercado exterior sigue siendo México, donde se convirtió en uno de los inversores de la promotora que levantó uno de los rascacielos más altos de la capital en el que esta instalada su filial.
La empresa valenciana suma hoy más de 17.000 clientes repartidos en 70 países. Para asumir su vertiginoso crecimiento durante los últimos años no ha dejado de ampliar su plantilla, con cerca de 650 empleados, la mayoría en su sede de Paterna (Valencia).
Y considera que aún no ha terminada su escalada de crecimiento. De hecho, prevé mantener sus mayores tasas de crecimiento en los próximos años en México, seguido de Estados Unidos, Brasil y Colombia. Además, Edicom ha cerrado el año pasado proyectos de facturación electrónica e impuestos electrónicos con empresas de Oriente Próximo y Arabia Saudí, una zona en la que confía ampliar mercados. La tecnológica también explica en su memoria que analiza nuevas oportunidades de negocio en países emergentes como India, Taiwan, Egipto, Vietnam, Bolivia o Paraguay, ligadas a la creación de nuevas tramitaciones electrónicas para las empresas.
En esa línea el grupo valenciano acaba de crear su última filial, en Marruecos. Un primer paso para empezar a crear su propia red también en África.