
El pasado 15 de abril una noticia golpeó al mundo. La Catedral de Notre Dame de París estaba en llamas. Un devastador incendio se había producido en este icono francés y las llamas comenzaban a engullir el tejado. Había que ser rápidos para amortiguar el impacto y salvar el monumento que inició su construcción en 1163.
Tras declararse el fuego, la rápida labor de bomberos y policía fue clave para salvar la construcción del siglo XII. Sin embargo, hubo un dispositivo clave para conocer qué estaba sucediendo en el edificio, evaluar los peligros y asimilar la situación: los drones.
En el trajín de la plaza Jean-Paul-II todo pasó a girar en torno a una furgoneta de puerta corredera aparcada en un lugar donde habitualmente no entran coches. En su interior, una ubicada una pantalla gigante sobre la que bomberos, policía, el ministro del Interior y hasta el mismo presidente Macron se reunían. Desde allí se emitían las imágenes que los drones iban captando de la basílica, unos valiosísimos datos que sirvieron a las autoridades para decidir qué hacer y cómo actuar.
"Esta pantalla gigante transmitía las imágenes de un dron que estaba justo encima de Notre Dame. Nos estaba mostrando el fuego en directo, se convirtió en el centro de operaciones para los bomberos", explica André Finot, director de comunicación de Notre Dame.
La información de conocer qué sucedía en tiempo real fue clave para organizar el operativo. "El comandante de los bomberos iba y venía. Tenía un gran tablero tradicional donde podía trazar las posiciones de los bomberos, pero cada dos minutos volvía a esta pantalla de televisión. No sabíamos si había víctimas. No sabíamos nada y en esta situación, es fácil entender que el dron fue el elemento más importante. Pudo avanzar y pudo acercarse lo más posible. La red telefónica estaba saturada con todos los smartphones en la zona y yo por ejemplo, no sabía dónde estaban mis amigos y colegas, con los que había quedado antes en esa misma plaza. Fueron las imágenes de los drones, las que nos iban tranquilizando a todos de inmediato", indica Finot.
El conocimiento de información de primera mano permitió a bomberos y policía actuar rápido y de forma certera, sin asumir riesgos innecesarios al tiempo que los recursos -que jugaban en contra del reloj- se iban gastando de forma óptima.
Objetivo, detallar la estructura
Más allá de ser los ojos allá donde no se podía llegar y ver en pantalla grande cómo era el fuego que había en el interior, los drones jugaron otro papel fundamental: detallar cómo estaba la estructura.
"Los drones también podrían mapear la estructura de piedra, junto con los sistemas láser. En momentos de urgencia, el dron estaba allí para detectar todas estas anomalías. Es por eso que los drones son extremadamente útiles en el momento de los incendios. También fue muy útil después del incendio, sirvieron para evaluar el estado del edificio y asegurarse de que nada colapsaría. Por la mañana no sabíamos el estado en el que realmente se encontraba la catedral", indica Finot.
El reconocimiento de la estructura fue clave. Había multitud de elementos que dependían de otros y si uno colapsaba el resto podría haberse derrumbado. Además, a simple vista no son accesibles, con lo que la labor de los drones fue clave para acceder y determinar la situación. "No habíamos entrado en las torres donde las campanas podrían haberse derrumbado. Como pesan varias toneladas, la fachada del edificio probablemente se habría derrumbado. Sin el dron, todavía hay muchos lugares donde ya no podemos acceder físicamente, especialmente en puntos altos, debajo de la bóveda. Un dron puede volar y capturar fotos todos los días para que los arquitectos verifiquen si la estructura se ha movido o no", refiere en una entrevista el responsable de comunicación de la Catedral.
"Como una operación militar"
Pero, ¿cómo trabaja un dron para ser el gran aliado de los bomberos? Para evaluar la situación y determinar cómo había que actuar sin que todo colapsara las autoridades trabajaron junto al departamento de drones de Artelia. La empresa francesa especializada en puentes, autopistas y grandes estructuras como la Torre Eiffel y en la mayoría de los nuevos rascacielos que se construyen en París, cuenta con una división de drones, aunque nunca habían trabajando en un proyecto de esta magnitud.
La operación 'Notre Dame' no era una al uso. Ni mucho menos. "Nuestra misión en Notre Dame fue similar a una operación militar. Desde el principio no sabíamos qué esperar y tuvimos que imaginar diferentes escenarios. Se preparó una buena selección de drones, ya que sabíamos que los elementos de la estructura aún podrían colapsar sobre un dron. Tuvimos que desplegar el equipo y los procedimientos técnicos correctos", reconoce en una entrevista Benoit Guillot. director del programa de drones de la compañía.
Guillot indica que "usar drones era lo obvio para esta misión. Las únicas herramientas que podíamos usar para trabajar y crear imágenes en 2D y 3D debajo de la bóveda eran robots
Volar nos ayudó a acercarnos a los detalles de la estructura que queríamos ver". Cada dato era oro y había que custodiarlo y tenerlo lo antes posible. "Solo los drones pueden proporcionar esta transmisión de imagen de video tan rápido. Tan pronto el dron despegue, puedes ver lo que está pasando".
Para ser más efectivos, más allá del piloto de cada dron, Artelia desplegó un equipo de cinco personas trabajando constantemente en las baterías y la gestión de la tarjeta SD. Cada dato era valiosísimo. Tanto que se guardaron por triplicado y se aseguraron de que los drones siempre estuvieran listos para volar.
"Pudimos monitorear y mapear el área que necesitábamos sin dejar de estar seguros en
la Catedral. Sin los drones nunca hubiéramos podido grabar, monitorear y analizar todo tan fácilmente, de manera rápida y precisa", explica el responsable de drones de la empresa.
Diferentes drones para diferentes necesidades
Tan importante como tener diferentes perfiles humanos trabajando juntos para lograr los datos, también lo fue tener una variedad de aeronaves para poder acometer diferentes actividades. Los drones que utilizaron en Notre Dame fueron el Phantom 4 Pro RTK, el Mavic 2 Enterprise y la Matrice 210. Tres drones de DJI de tamaños radicalmente distintos que trabajaron el Catedral desde diferentes frentes.
El primero fue utilizado para capturar el interior y el exterior de la catedral para generar un mapeo y modelado 3D de Notre-Dame, asimismo, se usó para colarse en entornos confinados dentro del edificio. El Matrice 210 por su parte se utilizó para capturar imágenes desde debajo de la bóveda. Por último, se utilizó el más pequeño de todos, el Mavic 2 Enterprise para monitorear los puntos calientes, asegurándonse de que el fuego se hubiera extinguido adecuadamente.
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