Opinión
- 04/10/2015, 17:25
La situación de los mercados emergentes y la posibilidad de que en EEUU se produzca un alza de los tipos de interés acapara estos días la atención y los focos de las noticias macroeconómicas. Cabría pensar que ambas noticias son independientes; sin embargo no es así, pues en buena parte ha sido la política monetaria americana la que ha financiado la burbuja de las materias primas y, por ende, la fuerte expansión de la actividad económica de los países emergentes. El último referente sobre este aspecto ha sido el informe publicado por el Instituto de Finanzas Internacionales, IIF por su acrónimo en inglés. Este prestigioso instituto puede pasar inadvertido para algunos; sin embargo conviene tenerlo presente, para darse cuenta de la relevancia de sus opiniones. El IIF agrupa a buena parte de los bancos privados más importantes de los países desarrollados, además de darles soporte en temas de préstamos y deuda, por lo que su opinión debería tenerse muy en cuenta. Ahora, el IIF advierte sobre el frenazo de los países emergentes, situando el crecimiento económico de las 30 principales economías emergentes en el 3,5 por ciento, el incremento más bajo desde 2007. Remarca el informe que el frenazo del bloque emergente no parece comprometer el crecimiento de los países avanzados, aun cuando se dejará sentir en ellos lo que en román paladino significa: no ven recesión. Hasta aquí nada que en este diario no hayan podido leer o se haya comentado en las diferentes opiniones de sus colaboradores, pero lo novedoso del informe, por eso lo traigo hasta este artículo, es que parece que por fin alguien deja de culpar tan solo a China y señala otras causas: el fin de la política monetaria extraordinariamente laxa llevada a cabo por EEUU y por supuesto los propios errores de los países emergentes.