Nervis Villalobos
- 04/07/2017, 00:18
04/07/2017, 00:18
Tue, 04 Jul 2017 00:18:46 +0200
Hace pocos días Ban Ki Moon, antiguo secretario de general de Naciones Unidas, lo decía: «Donald Trump se ha colocado en el lado equivocado de la historia». Hablaba, como no, de una de las decisiones más polémicas del actual residente de la Casa Blanca, la retirada del Acuerdo de París sobre cambio climático. Preso de sus promesas preelectorales, Trump ha decidido salir del macro acuerdo que vincula a 195 países, todos los del mundo con las únicas excepciones de Nicaragua y Siria. Nicaragua ni firma ni ratifica por considerar que el acuerdo es insuficiente y muy poco ambicioso. El porqué de la no firma o ratificación de Siria nos lo imaginamos todos, a la vista de las durísimas noticias que cada leemos sobre este país en guerra. El presidente ha alegado los intereses nacionales de EEUU como motivo de la salida. "Fui elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no de París. No se puede poner a los trabajadores ante el riesgo de perder sus empleos" alega Trump. Pero el presidente se equivoca. Lo que realmente pone en riesgo muchos empleos y su alto grado de influencia a escala mundial es precisamente dar la espalda a lo que ya es una realidad. El mundo ya ha apostado hace años, mucho antes de que el llegara al poder, por el relevo progresivo de las energías fósiles por otras más limpias y ahora ya más competitivas. Por mucho que EEUU siga siendo el país más poderoso del mundo no puede revertir una tendencia global plenamente consolidada.