- 29/06/2017, 20:55
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Thu, 29 Jun 2017 20:55:16 +0200
Como es habitual, la renta fija se ha movido desde enero al son de las expectativas generadas en torno a los bancos centrales. Y podría decirse que se han producido dos etapas bien diferenciadas, que giran en torno a marzo. Hasta ese mes, las ventas dominaban un mercado de deuda soberana que ya había empezado a descontar que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca aceleraría el crecimiento y la inflación y, por tanto, el fin de los estímulos. Sin embargo, a medida que el suflé se desinflaba y la posibilidad de subir los tipos se diluía en el tiempo, los inversores volvían a confiar en este activo. Pero no lo suficiente como para borrar las pérdidas que se anota en un semestre que solo se salva por la corporativa.