Las personas que tratan a sus perros como hijos podrían tener estos trastornos psicológicos

Uno de los dichos populares es aquel que afirma "el perro es el mejor amigo del hombre", refiriéndose al gran vínculo que se llega a formar entre los perros y los humanos. No obstante, en algunos casos esta relación trasciende más allá, haciendo que muchas personas consideren a sus perros como auténticos hijos.

A pesar de que el cariño hacia estos animales es muy intenso, los expertos alertan de que algunas personas podrían desarrollar algunos trastornos psicológicos. "Cuando alguien trata a un can como si fuera un humano rompe con la interacción hombre-perro que se formó desde hace 20.000 años", afirmó el técnico académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El cuidado de las mascotas como si fuesen "perrhijos" afecta psicológicamente tanto a los animales como a las personas. En estos casos, se rompe con la interacción que surgió entre ambas especies hace 20.000 años, puesto que en el caso del animal, no reconoce a los miembros de la familiar como de su especie es y es incapaz de procrear. Además, hace que los animales se vuelvan muy dependientes de las personas, por lo que cuando no estés en casa o con ellos lleguen a sufrir auténticos ataques de pánico e incluso desórdenes alimenticios.

Los efectos en las personas

En el caso de las personas, esto podría ser un síntoma de un problema de salud mental, al estar relacionado con la posibilidad de sufrir depresión o carencias afectivas. Saludar a tu mascota antes que a los humanos, dejar que duerma contigo, hablarle como si fuese un bebé o compartir tu comida con ellos son algunas de las acciones que se engloban dentro de un fenómeno llamado antropomorfismo.

En los últimos años en España se ha producido un fenómeno bastante curioso: el número de mascotas supera ya al de hijos en el conjunto de los hogares. Esto se debe a una concatenación de consecuencias como el aumento de la edad en la que las mujeres son madres por primera vez o la inestabilidad económica, entre otras.

Otro de los motivos es la soledad, puesto que muchas personas, tanto jóvenes como mayores, viven solas, optando por tener animales para suplir esa falta de compañía. Asimismo, cada vez los espacios públicos están adaptados a la presencia de animales, como restaurantes, playas o tiendas, entre otros.