
El arroz es uno de los alimentos más importantes y consumidos del mundo, ya que forma parte de la base alimentaria de una gran mayoría de países. Versátil, económico y fácil de cocinar, la verdad es que lo tienen todo y nos permite un gran abanico de posibilidades. No obstante, una de las dudas más frecuentes, y que posiblemente también haya rondado por tu cabeza, es la siguiente: ¿hay que lavarlo o no antes de cocinarlo? Como en muchos procesos dentro de la cocina, las opiniones suelen estar divididas.
Por qué lavar el arroz
Para que el arroz llegue a nuestras despensas, este pasa por procesos de recolección, de almacenamiento y envasado que pueden dejarlo con impurezas, como el polvo o pequeños trozos de tierra. Además, numerosas investigaciones, como algunas realizadas por la OCU, han demostrado la presencia de arsénico bioaccesible en el arroz. Aunque es cierto que la cantidad está por debajo de la permitida, se trata de una sustancia reconocida como potencialmente cancerígena. Algo que da la voz de alarma, pero que simplemente bastaría con lavar el arroz para poder eliminar hasta el 90%.
No obstante, hay un inconveniente, ya que el enjuague también puede eliminar algunos nutrientes importantes, como el hierro, el cobre o el zinc.
Ahora bien, es falsa la creencia de que lavar el arroz ayuda a eliminar las bacterias. Según los expertos, la única forma de garantizar la eliminación de los microorganismos es cocinar el arroz a altas temperaturas, por lo que el enjuague no sería necesario.

Según sus variedades
Al lavar el arroz se elimina el almidón superficial, que es el responsable de que los granos se peguen entre sí después de la cocción. Por ejemplo, este proceso sería ideal para aquellas recetas que requieran que quede más suelto. No obstante, cuando el objetivo es obtener una textura más cremosa, como en el risotto, no se recomienda. En este sentido, lavarlo o no, simplemente influye en la textura.
Ahora bien, también es importante tener en cuenta el tipo de arroz que se va a cocinar. Por ejemplo, se debe tener en cuenta que el arroz glutinoso contiene un alto nivel de amilosa, algo que hace que naturalmente sea más pegajoso, mientras que el arroz basmati o de grano largo tiende a ser más seco y quedar más suelto después de la cocción.
En resumen
Al igual que sucede en muchos ámbitos de la cocina, la respuesta a este interrogante sería: depende. Por ejemplo, se recomienda lavarlo para reducir contaminantes como microplásticos o el arsénico. Mientras que, en recetas que requieras una textura más cremosa, lo ideal sería mantener el almidón natural.
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