Salud Bienestar

Un estudio confirma que el paracetamol puede ayudar a superar una ruptura amorosa

Fuente: Canva

Las rupturas amorosas son situaciones que la mayoría de personas han vivido o podrían llegar a experimentar en algún momento de sus vidas. En estos casos se trata de un dolor emocional tan intenso que puede parecer físico, como si "algo se rompiera por dentro". A pesar de que parece producto de nuestro cerebro, la realidad es que la ciencia ha demostrado que el dolor emocional y el físico comparten determinados circuitos neurológicos.

Un estudio publicado en 2003 en la revista Science por la psicóloga Naomi Eisenberger y recogido en el portal The Conversation demostró que el dolor provocado por el rechazo de la otra persona activa en el cerebro regiones implicadas en el procesamiento del dolor físico, como la corteza cingulada anterior y la prefrontal.

Esto tendría una explicación evolutiva, puesto que esto es una forma de lograr procesar el dolor emocional a través del dolor físico como forma de supervivencia. Ante esta situación, los expertos establecieron la hipótesis de que si ambos dolores comparten rutas neuronales, quizás el paracetamol podría llegar a mitigar el sufrimiento emocional.

El estudio

Así, otro estudio de 2010 sugería que las personas que habían sufrido una ruptura amorosa y tomaron paracetamol a diario durante tres meses experimentaron un dolor emocional menor. A pesar de estos resultados, los expertos señalan que este medicamento no debe considerarse nunca una solución al sufrimiento emocional o a trastornos como la depresión.

Si bien aunque estos hallazgos abren nuevas vías para comprender la conexión cuerpo-mente, todavía son necesarias más investigaciones que determinen las implicaciones clínicas y éticas. Por otra parte, también se ha descubierto que algunas enfermedades que provocan la inflamación física del organismo pueden influir en el estado de ánimo.

Por tanto, el dolor emocional no es solo un sentimiento, sino una experiencia real física, puesto que el cerebro activa las mismas alarmas que cuando sufrimos una herida física.

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