
El paso de los años implica un mayor deterioro físico y mental, así como el surgimiento de enfermedades que pueden suponer un gran impedimento para el día a día de las personas que las sufren. Una de las más conocidas es la osteoporosis, que provoca un debilitamiento de los huesos, haciendo que cualquier movimiento, tensión o caída ocasione una fractura.
Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), más de la mitad de los mayores de 50 años sufren osteopenia y el 10,7% osteoporosis, especialmente en el caso de las mujeres. Por ello, la detección temprana, así como ciertas medidas de prevención, son esenciales para lograr ralentizar e, incluso, evitar su aparición.
La particularidad
Una de las particularidades de esta enfermedad es que no causa síntomas hasta que no aparecen las primeras fracturas, de ahí que sean necesarias las pruebas a ciertas edades. Concretamente, mínimo a partir de los 60 años los médicos recomiendan someterse a una densitometría ósea, una prueba que mide la densidad mineral ósea de la columna vertebral y el cuello femoral, principalmente.
No obstante, la presencia de ciertos factores de riesgo puede justificar la realización de esta prueba en edades más tempranas. Entre estos factores se encuentran los antecedentes familiares, la menopausia precoz, el tabaquismo, el abuso del alcohol o el uso prolongado de la cortisona.
Qué hacer
En caso de haber recibido un diagnóstico de osteoporosis o bien ya se muestren algunos inicios de esta, los expertos recomiendan llevar a cabo una serie de medidas para lograr hacerle frente. Entre estas medidas destaca:
- La ingesta de altos niveles de calcio, sobre todo, a través de los productos lácteos, el salmón, la soja o las verduras de hoja verde.
- El mantenimiento de unos buenos niveles de vitamina D, ya que esta mejora la capacidad del cuerpo para absorber el calcio. Además de la exposición al sol, consumir alimentos ricos en este nutriente como el aceite de hígado de bacalao, trucha y salmón.
- El fortalecimiento de los huesos gracias a la práctica habitual de ejercicio físico, especialmente en lo que refiere a las actividades de fuerza.
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