Los problemas derivados por la huelga del transporte han causado que las compañías aceiteras no puedan continuar con su actividad por problemas de desabastecimiento de materias primas y dificultades para el envío de los productos.
La gravedad de la situación es tal que las dos principales patronales del sector, Anierac y Asoliva, han denunciado que los clientes están rompiendo los contratos. Según las asociaciones no se puede dar salida a los productos terminados, lo que ha provocado que muchos almacenes se encuentren al límite de su capacidad.
"Esta situación tardará en normalizarse aun cuando finalice la huelga, originando cuellos de botella en la distribución del mercado interior y en la logística internacional, con el posible encarecimiento de los fletes", aseguran.
En el ámbito internacional también se están produciendo serios inconvenientes. Además de las cuantiosas pérdidas económicas que ya se acumulan por cada día de huelga, los clientes internacionales, al no poder recibir mercancía de las empresas españolas, están comenzando a romper contratos y a aprovisionarse de aceite en países tradicionalmente competidores, como Túnez, Italia y Portugal, con la consecuente pérdida de reputación para un sector, el del aceite de oliva, líder a nivel mundial y considerado como uno de los pilares de la Marca España.
La huelga del transporte viene además a sumarse a las distorsiones generadas en el mercado del aceite como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania y de la carestía del aceite de girasol.
Las asociaciones de envasadores y exportadores del sector aceitero piden al Gobierno una solución urgente, ya que está generando graves consecuencias en la cadena de producción y comercialización del aceite, sector que genera anualmente un valor económico estimado de más de 4.000 millones de euros para la economía nacional y que genera empleo a 400.00 personas.