
La invasión a Ucrania está siendo castigada a nivel internacional mediante una lista sanciones económicas en aumento que busca limitar la capacidad de financiación del país, aunque no son las únicas. Hay otras acciones paralelas que, aunque de menor impacto inicial, también infligen daño al gigante al este de Europa.
Cuando se cumple el sexto día de invasión, varios países de todo el mundo, desde EEUU hasta Nueva Zelanda, están sumándose a un boicot contra uno de los productos más icónicos de Rusia: el vodka.
La ofensiva militar ordenada por Vladimir Putin el pasado jueves está llevando a actuar incluso a países como Suiza, que históricamente se han mantenido neutrales ante conflictos armados. Las sanciones van desde la congelación de activos hasta la prohibición de las operaciones con le banco central ruso. Sin embargo, la bebida alcohólica por excelencia de Rusia es un objetivo más pequeño pero significativo.
En EEUU, al menos tres gobernadores (New Hampshire, Utah y Ohio) han ordenado en los últimos días la eliminación de las bebidas espirituosas de marca o de fabricación rusa por pequeño que sea el negocio con el país.
En el caso de Utah, su gobernador, Spencer J. Cox, ha emitido una orden ejecutiva que obliga al Departamento de Control de Bebidas Alcohólicas del estado a retirar de inmediato todos los productos fabricados en Rusia y de marca rusa. Similar es la medida adoptada en Ohio, donde Mike DeWine ha ordenado al departamento de comercio boicotear todo el vodka fabricado por Russian Standard, lo que también afectó las ventas de Green Mark Vodka.
Se estima, recoge Bloomberg, que solo en Ohio hay unas 6.400 botellas de vodka de Russian Standard a la venta. La medida no deja de ser simbólica. El vodka de Rusia representa poco más del 1% del valor total de las importaciones de esta bebida espirituosa a los EEUU, según datos del Consejo de Bebidas Espirituosas Destiladas.
El boicot no se libra de algunas 'lagunas' que se dan con otras marcas de vodka conocidas, como Smirnoff, que tiene raíces en Moscú, pero es propiedad de la destiladora británica Diageo y se fabrica en todo el mundo, incluso en EEUU.
El veto al vodka ruso da la vuelta al mundo También uno de los minoristas de alcohol más grandes de Nueva Zelanda ha retirado miles de botellas de vodka, incluidas las marcas Ivanov y Russian Standard.
Sanciones deportivas, culturales...
El boicot podría extenderse a otros productos. Dos de las cadenas de licores más grandes de Australia, Dan Murphy's y BWS, pertenecientes a Endeavor Group, han dejado de vender marcas de origen ruso, que tiene un valor de mercado de 12.600 millones de dólares australianos (9.200 millones de dólares).
Las corporaciones globales, desde gigantes de la energía hasta fabricantes de automóviles, bufetes de abogados o las grandes empresas futbolísticas o de deporte como Adidas, que ha avanzado que dejará de patrocinar a la selección rusa, están cortando lazos con Rusia en paralelo a las sanciones aplicadas por los países.
Y la lista va en aumento. Ayer por la tarde, las multinacionales de entretenimiento Disney y Sony comunicaron que dejarían de estrenar y lanzar películas en Rusia en respuesta al ataque armado contra Ucrania.