Valencia
El principal productor de ensaladas preparadas de Estados Unidos, Taylor Farms, desembarca en Europa con la compra del grupo español Foodiverse, formado en torno a Verdifresh, el proveedor de Mercadona de esta gama de productos listos para consumir.
El grupo norteamericano ha despejado su desembarco tras llegar a un acuerdo para tomar parte del accionariado de la empresa con sede en Valencia, que cuenta con plantas también en Italia, Alemania y Suiza.
Taylor Farms, cuyo volumen de negocio supera los 6.000 millones de dólares (5.445 millones de euros), hasta ahora estaba presente en Estados Unidos y sus vecinos de Canadá y México. El gigante norteamericano, proveedor de cadenas como Walmart en su país, se convertirá en socio de referencia de Foodiverse, hasta ahora en manos de la familia Ballester Martinavarro, que en principio seguirá en el capital a través de su sociedad Ethernal Life Capital, aunque desde la compañía han preferido no hacer comentarios ni desvelar el porcentaje que mantendrán cada uno. La operación aún deber recibir el visto bueno de Competencia.
De Mercadona al salto internacional
La actividad del grupo español que se convertirá en la punta de lanza de la multinacional americana en Europa está muy vinculada a los supermercados de Mercadona desde sus orígenes, cuando parte de la familia Martinavarro, uno de los grandes comercializadores de cítricos valencianos, decidió crear Verdifresh en 2000 para proveer de ensaladas listas para consumir a la cadena de distribución.
Tras un crecimiento meteórico, la firma liderada por Joaquín Ballester Martinavarro amplió con nuevas empresas su catálogo de cuarta gama y productos vegetales transformados para alimentación infantil, con la firma especializada Alnut, y así como en productos saludables.
En 2018 el grupo valenciano decidió apostar por crecer en tamaño en Europa a la vez que Mercadona modificaba su política y ampliaba el número de proveedores. Foodiverse llevó a cabo una agresiva estrategia con adquisiciones de otras empresas en Alemania, Italia y Suiza, que le ha permitido incrementar su estructura hasta 9 plantas y 2.500 trabajadores.
Unas compras que ampliaron sus mercados pero también engrosaron su deuda financiera, que al cierre de 2021 rozaba los 100 millones de euros. A esa carga financiera se han sumado los efectos de la pandemia, que afectó a sus ventas, y de la subida de costes, que también golpeó su rentabilidad. El grupo perdió 7,8 millones de euros en 2021 (último ejercicio disponible), mientras que sus ingresos totales se situaron en 327 millones.