
Ya no hay marcha atrás. Domino's, la cadena de pizzerías más grande del mundo, ha entrado en liquidación en Italia, culminando un proceso iniciado el año pasado. De esta forma, termina la aventura empresarial del gigante estadounidense, que no ha podido presentar batalla en el país originario de la pizza.
ePizza SpA, la compañía que operaba la marca en Italia desde 2015, se declaró en quiebra en abril del año pasado, aunque el último de los 29 establecimientos italianos de Domino's cerró en julio. Y la semana pasada inició la fase final del proceso de liquidación, tras presentar toda la documentación necesaria, que fue aceptada por un juzgado de Milán.
Las ambiciones de la compañía transalpina nunca estuvieron cerca de cumplirse, a pesar de que detrás de los socios italianos estaban, como se ha descubierto ahora, miembros de grandes familias empresariales, como Luigi Berlusconi, hijo del magnate Silvio Berlusconi; Piero Coin, hijo de Vittorio Coin, expropietario de un gran grupo de distribución; o Raffaele Vitale, sobrino de banquero Guido Roberto Vitale.
Objetivo: 880 establecimientos
En 2015, cuando abrieron su primer establecimiento en Italia, los planes pasaban por alcanzar un total de 880 tiendas en todo el país en 2030. Una estrategia para la que tuvieron que solicitar créditos importantes, a los que luego no han podido hacer frente, que es lo que finalmente se ha llevado por delante la compañía.
La receta por la que apostaba ePizza para triunfar en la cuna de la pizza era atrevida: ingredientes poco habituales, más propios de Estados Unidos que de Italia, y un poderoso sistema de reparto a domicilio, que aún no tenían muy desarrollado los negocios locales. Sin embargo, señalan desde la compañía, no pudieron salvar la pandemia y sus consecuencias: muchos de sus restaurantes tuvieron que cerrar, y además la competencia se puso las pilas en lo relativo a los envíos de comida a domicilio, aprovechando las posibilidades que ofrecían las nuevas aplicaciones, como Just Eat o Deliveroo.
Poca aceptación
Sin embargo, son muchos los que señalan que eso son solo excusas, y que en realidad el problema estaba en que su producto nunca acabó de gustar a los consumidores locales. Con una sociedad muy protectora de su herencia gastronómica, y con altos estándares de calidad para las pizzas, los novedosos ingredientes que ofrecía Domino's, como la controvertida piña o la hamburguesa, además de las alitas de pollo como acompañamiento, más que llamar la atención, fueron ridiculizados.
En redes sociales se podían leer críticas como "Adiós por fin a la pizza con piña", "El pizzero más inexperto de italia lo haría mejor", o "intentar vender pizza en Italia es como vender hielo en el polo norte".
Según el último balande de la compañía, que corresponde a 2021, ePizza facturaba al año 10,5 millones de euros, pero acumulaba una deuda de casi 20 millones, de los cuales 5,3 eran directamente con los bancos.