
La inflación ha provocado una caída de ventas sin precedentes en los supermercados el pasado enero, justo tras la rebaja del IVA aprobada por el Gobierno para determinados productos, como el aceite, la leche, la pasta o el arroz. De acuerdo con los datos de Nielsen, la venta en volumen de productos de gran consumo (alimentación, droguería y perfumería) ha caído, en concreto, un 4,5%, encadenando así cuatro meses consecutivos de caída.
"El año pasado cerramos prácticamente plano, pero a final de año se empezó a apreciar ya una cierta ralentización. Lo que habrá que ver ahora es cual es la evolución en los próximos meses tras el dato de enero", explica Juan Manuel Morales, director general del Grupo IFA y presidente de Eurocommerce, la patronal europea del comercio.
A la espera de lo que pueda ocurrir, parece que las alarmas han saltado en los supermercados porque nunca antes desde que empezaron a subir los precios había pasado nada igual. Teniendo en cuenta que Nielsen no mide las ventas de los productos frescos, la mayor caída hasta ahora se había registrado en abril del año pasado, cuando las ventas en volumen disminuyeron un 3,1%. Pero eso pasó después de que en marzo se hubiera registrado un crecimiento del 5,4% y que durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre se hubiera mantenido una senda más o menos estable de crecimiento.
Pérdida de rentabilidad
Morales admite la preocupación en el mercado porque la caída en los volúmenes coincide, además, con un aumento de la facturación en términos de valor, de hasta el 10% en el último mes debido a la subida de los precios.
"La distribución en España es muy competitiva y estamos tratando de ajustar al máximo posible los márgenes debido a la fuerte subida de los costes", explica. El Grupo IFA agrupa a compañías como Ahorramás, Alimerka, Condis, E.Leclerc, Dinosol, Unide o Uvesco, entre otras, y, según dice su director general, la prueba de la pérdida de rentabilidad es que "las empresas han visto reducido en muchos casos su ebtida (resultado bruto operativo) hasta un 25%". Los datos demuestran así que las acusaciones lanzadas por determinados miembros del Gobierno de que los supermercados están aprovechando la inflación para aumentar sus márgenes e incrementar sus beneficios son erróneas.
"A me gustaría que nuestros responsables políticos antes de legislar pudieran conocer la realidad del sector. Nuestras puertas están abiertas y les invitamos a que vengan a ver cómo trabajamos", dice Morales. En ese sentido, Eurocommerce ha mantenido ya reuniones con el vicresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans y otros comisarios europeos. El director general de IFA considera que, más allá del encarecimiento de los costes, cuando se legisla sobre el sector se pueden generar problemas en la operativa si no se tiene en cuenta el funcionamiento del mercado. "Nosotros no cuestionamos el qué, sino, en algunas ocasiones, el cómo se hace. Nadie duda de que es necesario adoptar estrategias de sostenibilidad, pero la cuestión es cómo hacerlo y por eso creemos que es necesario que haya un diálogo permanente. Si se aprueba un impuesto al plástico, la consecuencia lógica es que los precios se encarecen ", dice.
La patronal de supermercados Asedas advirtió ya en este sentido hace unos días de que "en el año 2022 se aprobaron casi 1.000 normas que afectan al comercio en los ámbitos local, autonómico, nacional y europeo". Esto supone una media de 2,7 desarrollos legislativos al día y duplica el número de 1,3 normas diarias -476 en total- que registró el año 2019, previo a la pandemia, de acuerdo con los datos de WorldLex. Durante los años 2020 y 2021 se batieron récords derivados de la normativa Covid (8,9 y 7,5 normas diarias, respectivamente), pero la vuelta a la normalidad sanitaria no ha supuesto una relajación de la presión normativa sobre los establecimientos comerciales con respecto a los años anteriores a la crisis sanitaria.
Carga normativa
"La carga normativa sobre el sector del comercio sigue siendo muy alta una vez superada la pandemia. Cada desarrollo legislativo supone un coste de adaptación para los establecimientos comerciales y, además, algunos de ellos vienen asociados a una presión fiscal adicional para el sector, como es el caso del nuevo impuesto a los plásticos de un solo uso", explica Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.
Aunque desde el Gobierno están convencidos que los precios han tocado techo, este exceso normativo podría acabar pasando factura y en el sector son muchos los que temen que la inflación tardará todavía algún tiempo en remitir.