La Región de Murcia tendrá que esperar para tener un nuevo Gobierno tras las elecciones autonómicas del 26 de mayo. Vox ha votado este jueves por segunda vez esta semana en contra de la investidura del candidato del PP y actual presidente, Fernando López Miras, por las desavenencias con Ciudadanos. López Miras ha obtenido 22 votos a favor (PP y Ciudadanos) y 23 en contra (PSOE, Vox y Podemos). La abstención de Vox le hubiese valido al todavía presidente en funciones.
Tras una tensa jornada negociadora, Vox ha decidido finalmente votar en contra del acuerdo entre PP y Ciudadanos por culpa de la política nacional de la formación 'naranja', según ha explicado el portavoz del partido de Santiago Abascal en la Asamblea murciana, Juan José Liarte. Para el portavoz, ha sido el "eje París-Madrid", en referencia a las opiniones de Emmanuel Macron, y la estrategia de Albert Rivera lo que ha echado al traste una coincidencia programática entre los tres partidos en la región que "era del 90% y hoy ha pasado a ser del 95%".
"Lamento decir que nos vamos a ir de esta sesión sin Gobierno", ha dicho un Liarte que ha dejado abierta la puerta al pacto si la dirección regional de Ciudadanos en Murcia demuestra autonomía frente a su cúpula nacional. De hecho, en su intervención, Liarte ha tenido buenas palabras para el partido 'naranja' en Murcia al haber accedido a reunirse con Vox a instancias del PP por la mañana.
Los tres partidos tienen dos meses -el reloj hacia la repetición electoral se activó el martes en la primera votación de investidura- para fraguar una investidura con éxito. Al concluir la sesión, el presidente de la Asamblea ha comunicado que se abrirán nuevas consultas. Lo ocurrido en Murcia puede tener réplica en Madrid, donde la situación es prácticamente idéntica y la negociación sigue encallada.
Durante su turno, López Miras ha intentado tender puentes entre Ciudadanos y Vox. Ha prometido "respeto" a los de Santiago Abascal y les ha transmitido un sincero "les necesito". "Ahora empieza todo", ha dicho López Miras queriendo imprimir un tono ilusionante e intentando convencer a Vox de que hay asuntos que se pueden negociar tras asegurar el poder. Al mismo tiempo, ha destacado que nada de lo que propone Vox va contra las "libertades individuales". Sin embargo, esa argumentación no le ha valido de momento.
Esta segunda votación correspondiente al primer intento de investidura ha llegado tras un intenso jueves que comenzaba con los tres partidos en la región reunidos en torno a la misma mesa por obra y gracia del secretario general del PP, Teodoro García Egea. El dirigente 'popular' conseguía lo 'imposible' y daba pie a que se produjera la foto en la que Ciudadanos y Vox compartiesen plano.
La cita ha durado casi cinco horas y en ella se ha estado a punto de alcanzar un acuerdo. No obstante, al filo del mediodía, Vox se levantaba de la mesa asegurando que las declaraciones de algunos dirigentes de Ciudadanos les han parecido "una tomadura de pelo". Se referían a las palabras de Juan Carlos Girauta asegurando que la cita era "una reunión de café" y de José Manuel Villegas explicando que el encuentro no era una negociación, sino un espacio para que Ciudadanos explicara a Vox su acuerdo con el PP.
Tampoco ayudaba la resistencia de Ciudadanos a firmar un documento a tres bandas que Vox no dejaba de reclamar. "Tengo que tener alguna garantía de que ese acuerdo se va a cumplir. Esta tarde el voto es que no", adelantaba a los medios uno de los hombres de Vox en la reunión.
A la cita han acudido el propio García Egea y José Miguel Luengo por el PP; Miguel Garaulet como representante de Ciudadanos y Luis Gestoso y Pascual Salvador, en nombre de Vox.
