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La marca que vistió al Barça de Maradona y que ahora resucita equipando a Guyana

  • Meyba nació en 1940, en Barcelona, como una empresa de fabricación de bañadores modernos
  • El patrocinio de equipos de fútbol a partir de los años 80 les permitió alcanzar fama mundial
  • Cerró en 1997, y lleva años intentando renacer, y ahora diseña las equipaciones de la selección de Guyana
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En el complejo cruce entre la moda, el deporte y la historia empresarial, pocas marcas encarnan mejor el espíritu de su época como Meyba. Nacida en la Barcelona de postguerra, alcanzó la fama mundial en los vestuarios del Barcelona de Maradona, de Cruyff y de Guardiola. Y tras caer, resucitó en el siglo XXI, bajo el signo de la nostalgia y la reinvención. Meyba no es solo una etiqueta textil, es un viaje al pasado que refleja la evolución de la industria del deporte y del estilo urbano mediterráneo.

La idea de la compañía nació en un caluroso día del verano de 1940, cuando dos amigos, el publicita Joaquim Mestre y el modista Josep Ballbé, se dieron cuenta de que los bañadores que vestía la gente eran horribles. El nombre, sencillo, surgió de un método muy recurrente: unieron la primera sílaba de sus apellidos. Así nacía Meyba.

Con sede en Terrasa, lanzaron una innovadora y moderna línea de bañadores, que ganó mucha popularidad en Barcelona. El éxito fue tan grande que en la ciudad a los bañadores se les empezó a llamar 'los meyba'. Esta metonimia se extendería al resto de España cuando la marca empezó a expandirse, a finales de los 50.

Para poner un ejemplo de la popularidad de la marca, basta recordar que Manuel Fraga, en su famoso baño de Palomares —para tratar de minimizar la alarma nuclear y proteger la naciente campaña turística—, llevaba puesto un bañador verde de Meyba.

Fraga en el baño de Palomares
Manuel Fraga y el embajador de EEUU se bañan en la playa de Palomares. Llevaba un bañador Meyba. | Imagen: EFE

Ese triunfo en las primeras décadas no se entendería sin su agresiva campaña publicitaria. A pesar de estar en pleno franquismo, sus anuncios eran tan transgresores, mezclando humor y sexualidad, que hoy serían imposibles de publicar. Pero hay que reconocer que el objetivo de llamar la atención lo lograron.

Poco a poco, y con su prestigio como respaldo, fueron añadiendo nuevas líneas de negocio, que fuesen más allá de los bañadores. Equipamiento deportivo, prendas interiores, ropa casual...

Y es por ahí donde llega la fama mundial, porque no trascienden como marca de bañadores, sino vinculada al fútbol. Los 80 son años vibrantes para este deporte, que se moderniza en muchos aspectos, incluyendo el marketing y la publicidad. A principios de la década, se permite que los equipos empiecen a lucir la marca de los fabricantes de su ropa de juego. Y Meyba llevaba ya varias temporadas trabajando con el Barça.

El vínculo con el fútbol

A partir de 1981, las camisetas del club culé empezaron a lucir la insignia de Meyba en el pecho. En un momento en el que el club contaba en sus filas con jugadores históricos, como Schuster, 'Lobo' Carrasco o Quini. Aunque el gran salto se produciría en las siguientes temporadas, cuando llegó Maradona. El astro argentino, que pese a su juventud ya era una estrella mundial, le dio una enorme visibilidad a Meyba en todo el mundo. Aunque solo estuvo dos temporadas en el equipo catalán, aquellas camisetas azulgrana, con cuello en 'V' y diseño sencillo, se volvieron icónicas.

Detrás del Barça llegó el patrocinio de muchos otros equipos de la liga española, incluyendo, entre otros a Espanyol, Betis, Valladolid, o Atlético de Madrid.

Koeman celebra el gol de la primera Copa de Europa del Barça
Ronald Koeman, tras marcar el gol que le daba al Barça su primera Copa de Europa, con la camiseta de Meyba.

Pero el buque insignia de la marca siempre fue el Barcelona, al que acompañó hasta 1992, cuando ganó su ansiada primera Copa de Europa. Los grandes éxitos del Dream Team de Cruyff, el de Guardiola, Bakero, Laudrup o Koeman, llegaron con camisetas de Meyba.

Sin embargo, en un momento en el que parecía que la repercusión de la marca podía ser mayor que nunca... estaba firmando el principio del fin. El Barcelona cambió de proveedor deportivo, pasando a la italiana Kappa. Y tras más de 50 años de vida, a Meyba se le empezaron a ver las costuras. La falta de internacionalización, que nunca tuvo gran peso para la compañía, junto con una serie de malas decisiones, entró en concurso de acreedores en 1994 y, finalmente, en 1997, cerraban definitivamente, con una deuda que no podían afrontar.

La resurrección de la marca

El primer intento de reflotar la empresa lo llevó a cabo el grupo Pulligan, también catalán, pero no funcionó, y también quebraría. Después fue adquirida por Igualadina de Marcas, que se centró, sobre todo, en la línea de bañadores... y que también acabaría quebrando. Parecía una maldición.

Hubo que esperar a que corriese el siglo XXI para pensar en la verdadera resurrección de Meyba. En 2013, la holandesa Premium, que ya tiene experiencia en reflotar marcas, como la de Johan Cruyff, adquirió los derechos de la compañía. Con la nostalgia y lo retro convertidos en palancas de ventas tan potentes como cualquier otra, Meyba lleva más de una década avanzando poco a poco. Con colecciones que explotan los recuerdos, que han sido todo un éxito, rememorando equipaciones como la del Barcelona, aunque sin usar el escudo del club.

La camiseta de la selección de Guyana de Meyba
La camiseta de la selección de fútbol de Guyana, diseñada por Meyba.

En los últimos años han dado un paso más, con la recuperación del patrocinio de equipos de fútbol. De momento, de categorías inferiores, con el Sant Andreu como club más destacado en España, y con la selección de Guyana como cliente más internacional. Para el equipo de fútbol de este país, cuya economía está despegando gracias al petróleo, han diseñado dos llamativas y coloridas equipaciones.

Con la nostalgia como herramienta de conexión, Meyba ha conseguido que la camiseta que un día vistió Maradona hoy la lleve una selección emergente. Sin renunciar a sus raíces ni a su pasado, la marca ya no solo mira atrás.

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