¿A qué se dedica Volkswagen? La respuesta más sencilla es que su negocio es vender automóviles. El año pasado, por ejemplo, todas las distintas marcas que forman el grupo, desde la propia Volkswagen hasta Seat, pasando por Audi, Porsche o Lamborghini, vendieron 9,03 millones de coches. Pero este gigante guarda un secreto: hay otro producto del que vende casi tantas unidades como de coches. En 2024, Volkswagen vendió 8,5 millones de lo que oficialmente se conoce como "la pieza 199 398 500 A". Es decir: salchichas al curry. Un negocio sorprendentemente exitoso y que lleva años creciendo a buen ritmo, algo que no pueden decir del del automóvil.
La fabricación de las 'currywurst' de Volkswagen se remonta a 1973, pero para entender su origen hay que viajar a 1938. En aquel momento, Adolf Hitler acababa de fundar una firma de automóviles en su campaña 'Fuerza mediante la alegría'. La idea era que los súbditos de su régimen trabajarían con más energía si podían irse de vacaciones unas semanas al año. Y esas vacaciones serían mejores si pudieran viajar, en vez de quedarse en sus casas. Para ello, pensó que lo mejor era fabricar un coche de precios populares, que cualquiera pudiera permitirse. De ahí el nombre de Volkswagen, que significa "coche del pueblo". Por supuesto, aquel plan se vio interrumpido por su decisión de desatar una guerra mundial poco después. Pero la fábrica de coches ya estaba en pie.
Y en 1938, Hitler fundó una ciudad planificada para que vivieran los empleados de la recién creada fábrica de automóviles. En 1945, cuando la guerra terminó y los empleados volvieron a la planta a producir coches en vez de armas, aquella ciudad recibiría el nombre de Wolfsburgo. La planta estaba lejos de la nueva ciudad, con un río separando ambas partes, así que la compañía de coches decidió abrir su propia cocina para que los empleados pudieran comer comida caliente allí mismo. Y en 1973, en lo que por entonces parecía una decisión sin un mayor significado, la empresa añadió un nuevo plato al menú: la currywurst.
Un equipo de carniceros
La clave es que, en vez de comprarlas en el supermercado más cercano, las salchichas se producen en la propia planta, por un equipo de carniceros de unas 30 personas. Cada día compran cerdo, le retiran la grasa manualmente, vierten la carne en una mezcladora con una bolsa de especias de curry, meten la mezcla en la funda de carne, las ahúman y las cuecen al vapor. Cada día salen unas 20.000 unidades de la fábrica de salchichas de la planta de Volkswagen. Y el negocio funciona: la cifra de salchichas que producen se ha más que triplicado desde 2009.
¿A dónde van esas currywurst? Un 40% va a los restaurantes de las propias fábricas. Por unos tres euros, los empleados pueden comprar un plato de una salchicha de 170 gramos, una ración de patatas fritas y una buena dosis de kétchup, que también produce la propia compañía.

Pero las salchichas de Volkswagen son tan famosas que su demanda no se queda allí. Según explican los cocineros, la calidad de este alimento sitúa sus currywurst en el nivel más alto del sector, por su poca grasa y su mezcla de especias. Así que los empleados de la compañía pueden comprar también las salchichas en los supermercados de la ciudad para comérselas también cuando están lejos del trabajo. Y el Wolfsburgo, el club de fútbol de la ciudad, que nació como una asociación deportiva para los trabajadores de la compañía, también las ofrece. Aparte de patrocinar al club, Volkswagen también suministra los perritos calientes a los bares del estadio. Estén trabajando, librando o de vacaciones, los habitantes de Wolfsburgo siempre tienen una currywurst de Volkswagen a mano.
Y la popularidad de este plato ha ido creciendo hasta tal punto que muchos concesionarios de la firma en Europa regalan un paquete de salchichas a sus clientes cuando compran un coche. Y hay páginas web que venden el alimento con entrega a cualquier punto de Alemania. Todos los beneficios de estas ventas, indican, van destinados a subvencionar los menús de los empleados.
Nuevas salchichas veganas
La firma sigue innovando en esta línea de negocio. En 2021 sacó al mercado una línea de salchichas veganas, que desató una polémica en el país: el excanciller Gerhard Schröder criticó este lanzamiento al considerar que las salchichas con carne eran una parte fundamental de la automovilística, y que vender una versión vegana sería equivalente a desnaturalizar su historia. Aun así, esta línea ha tenido éxito: el año pasado vendió 42.000 unidades.
Entre sus planes de futuro está sacar a la venta un perrito "listo para comer", y seguir innovando en el compañero favorito de las salchichas: el kétchup. El llamado "componente 00010 ZDK-259-101" también tiene mucho éxito: el año pasado vendió 629.000 botellas pequeñas y 25.000 garrafas de 10 litros. La salsa de tomate ya ha llegado a sus concesionarios en EEUU, y su expansión va a más. La siguiente pregunta es si empezarán a venderlas en más tiendas por toda Europa en vez de limitarse a algunos locales especializados: es muy probable que la demanda exista si se atreven a dar el paso.

El crecimiento imparable de su división de salchichas contrasta con las turbulencias de su principal negocio: los coches. Sus ventas llevan cinco años por debajo de sus cifras de 2019, vendiendo casi dos millones de coches menos cada año que en el último antes de la pandemia. Los aranceles de Donald Trump a los coches importados están comiéndose su margen de beneficio y obligándole a subir precios en un país tan competitivo como EEUU. Y los modelos eléctricos baratos provenientes de China son una amenaza cada vez mayor a su futuro.
A eso se suman las negociaciones al filo de la navaja con los sindicatos en Alemania. La compañía necesita recortar gastos, y la sombra de los despidos y los cierres de plantas sobrevuela una empresa que nunca antes había tenido que recurrir a tales medidas.
Pero el éxito de su línea de salchichas demuestra que siempre puede haber un 'plan B' inesperado. Quién sabe si dentro de 50 años, la gente grabará podcasts rememorando aquellos tiempos en los que Volkswagen aún fabricaba coches en vez de embutidos.