La inflación y los altos precios sostenidos en el tiempo obligan a las empresas a buscar fórmulas para reducir sus costes. Una de estas herramientas con las que cuentan las compañías para aumentar sus beneficios, en este caso a costa del consumidor, es el fenómeno conocido como la reduflación. Se trata de un proceso por el que reducen la cantidad de producto que ofrecen, pero manteniendo los precios, e incluso llegando a subirlo en ocasiones. En definitiva, menos cantidad cobrando el mismo precio. Y, en ocasiones, incluso manteniendo el mismo envase, que simplemente le llega al cliente más vacío.
Aunque se trata de una práctica que se ha vuelto habitual en los últimos años, tras la crisis inflacionaria que ha vivido todo el mundo, en realidad surgió en los 60, en otra época de alta inflación. En el mundo anglosajón se conoce como 'shrinkflation', un acrónimo de 'shrink', que significa reducción, y 'flation', referido al proceso de inflación.
Sin embargo, ahora los clientes cuentan con mayor información, y cuando algunos fabricantes de alimentos reducen el contenido de sus envases entre un 5% y un 10% para despistar a los consumidores y que no se note la subida de precio, se forma el escándalo.
La batalla francesa
La presión de los consumidores es tan alta que Gobiernos de todo el mundo empiezan a tomar cartas en el asunto. Y el país que está liderando esta batalla contra la reduflación es Francia. El Ejecutivo galo sigue decidido a erradicar de sus supermercados por ley la técnica de la 'reduflación' con la que algunos fabricantes tratan de ocultar sus subidas de precios al reducir la cantidad de producto que ofrecen en sus envases.
Ya avisaron hace un año de que prohibiría estas prácticas, pero ha sido este mes cuando ha publicado el decreto que concreta esta práctica. En concreto, los supermercados galos tendrán que advertir, a partir del 1 de julio, con una señalización específica cuando alguno de los productos haya reducido el peso o el volumen. Una medida que tendrán que cumplir todas las tiendas de más de 400 metros cuadrados.

El aviso a los consumidores lo tendrán que incorporar para todos los productos envasados con una cantidad constante para los que se haya disminuido el volumen o el peso, y tendrá que especificarse el recorte, así como la evolución del precio por unidad de medida, tal y como recoge EFE.
Se trata de que quede bien en evidencia si la modificación del formato ha servido para encarecer el precio. Estarán afectados los alimentos y otros productos no alimentarios que se comercializan en una cantidad constante, pero no los envasados en cantidades variables o los que se venden a granel.
El incumplimiento de esta nueva regla podrá ser sancionado con multas de 3.000 euros, si el infractor es una persona, y de 15.000 si es una empresa.
Polémica con Pepsi
Con esta medida, el Gobierno francés da la razón a Carrefour, que fue la primera cadena de supermercados en luchar contra esta práctica, decidiendo por iniciativa propia colocar carteles en sus lineales acusando a las compañías que recurren a prácticas como la reduflación.
En este sentido, la compañía empezó a informar a sus clientes en sus carteles que dejaba de comercializar, por su aumento "inaceptable" de precio, productos de la multinacional estadounidense PepsiCo que, además del popular refresco de cola, es propietaria de marcas tan reconocidas como 7up, Lipton, Lay's, Doritos o Cheetos.

En este caso, los consumidores franceses pudieron encontrar en las estanterías donde habitualmente encontraban estos productos carteles en los que la cadena de supermercados asegura literalmente: "Dejamos de vender esta marca debido a un aumento inaceptable de los precios".
Este veto, que también aplicó la cadena en nuestro país, llegó a su fin a comienzos de este mes tras el acuerdo alcanzado entre el fabricante y el distribuidor.
Este tipo de medidas ahora serán obligatorias para todas las cadenas de distribución en un país cuyo Gobierno, que aprobará la medida en próximos días, pretende avanzar frente a estas prácticas y extender en el futuro esta responsabilidad informativa a los fabricantes en toda Europa.