Madrid
La ambición de Marruecos no tiene límite, y quiere convertirse en una potencia agroalimentaria mundial y, sobre todo, conquistar los mercados europeos con los productos de su huerta. No es que el reino alauí esté tratando de ocultar sus planes, como demuestra el hecho de haber contruido una megalópolis en el Sáhara para cultivar tomates y melones con los que inundar el Viejo Continente con sus bajos precios.
¿Pero cómo se explica el éxito de los productos de origen marroquí? ¿Qué está detrás del auge de su agricultura? Pues los expertos consideran que la clave está, sin duda, en la mano de obra barata, factor determinante para la competitividad de los productos agrícolas que Marruecos exporta. Y mientras los agricultores europeos protestan desde hace semanas, entre otras cosas, por la competencia que consideran desleal, los profesionales marroquíes se defienden alegando que ellos también están reduciendo márgenes.
Y es que, como sus colegas europeos, el sector agrario marroquí, que representa el 14% del PIB nacional, se queja de que afronta las restricciones del uso de agua de riego, por la grave sequía que sufre el país. Y también por la subida de los aranceles impuesta por Mauritania a las frutas y hortalizas de Marruecos.
En España, la indignación del campo se ha traducido en incidentes protagonizados por agricultores que atacaron camiones marroquíes cargados de tomates. Los españoles denuncian que no están sometidos a las mismas condiciones y las mismas exigencias que los nacionales.
Un gesto que ha enfadado a agricultores y sindicalistas de Marruecos que, en declaraciones a EFE, aseguram que también están organizando protestas para pelear por su situación, pero que nunca se les ocurriría atacar a transportistas.
Mano de obra barata
Un profesional agrículoa europeo, que trabaja en el país magrebí, asegura que la mayor ventaja de Marruecos frente a España es el coste de la mano de obra. Pagan entre 10 y 20 euros por día trabajado, casi 5 veces menos que el jornal español.
Según datos de Fepex, entre enero y septiembre de 2023, la Unión Europea importó frutas y verduras frescas de Marruecos por valor de 1.844 millones de euros. De esta forma, el reino alauí se convierte en el principal proveedor extracomunitario en términos económicos, seguido de Sudáfrica y Perú.
Sin embargo, los profesionales marroquíes defienden que, pese al coste ventajoso de la mano de obra, soportan otros gastos que minimizan sus beneficios, como el aumento del coste del transporte o los ínsumos agrícolas, en su mayoría importados de España. En este sentido, subrayan la subida de los precios de los fertilizantes, y también de las semillas. Y sin semillas de tomate, por ejemplo, no podrán poner el producto en el mercado.
Desde la Federación Marroquí de Frutos Rojos, un producto destinado en su mayoría a la exportación, inciden en la misma idea, asegurando que los productos locales afrontan altos costes de transporte, y se ven obligados a importar lo que entra en el proceso de producción y protección de cultivos. Recuerda, por ejemplo, que en 2023 importan 200 millones de plantas, el 95% procedentes de España. También destacan que el plástico que usan en los invernaderos, los fitosanitarios y, en general, todo lo que entra en la cadena de producción, procede casi en su totalidad de España.
Empresas españolas en Marruecos
También ponen el foco en que el 54% de las empresas que operan en el sector son españolas que se han instalado en el país magrebí.
Sobre las críticas a las prácticas agrarias, por ejemplo en el mismo sector de los frutos rojos, también tienen mucho que decir, argumentando que han reducido un 40% el uso de pesticidas desde 2016, y recordando que no se notificó ningún aviso contra los productos del sector en el sistema de alertas comunitario.
De hecho, de las 792 alertas emitidas por países europeos contra frutas y verduras extracomunitarias, solo 14 correspondían a productos procedentes de Marruecos. De esas, 9 fueron consideradas graves.