Opinión

El hidrógeno verde acelera en el transporte colectivo

  • Europa tiene claro su objetivo: ser el primer continente neutro en carbono en 2050
  • Para lograrlo, es clave descarbonizar la economía y, en particular, el transporte colectivo, origen de una cuarta parte de las emisiones de CO?.  
Los reyes de España bajándose de un autobús de la EMT de cero emisiones
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Con el 'cero absoluto' del apagón aún en el recuerdo y ante la necesidad que tiene España de conseguir un sistema energético más seguro e independiente -también en movilidad- el debate de las energías limpias ha vuelto a entrar en el tablero político y sectorial cuando la transición verde avanza en Europa y no hay marcha atrás. Europa tiene claro su objetivo: ser el primer continente neutro en carbono en 2050. Para lograrlo, es clave descarbonizar la economía y, en particular, el transporte colectivo, origen de una cuarta parte de las emisiones de CO?.

Para lograrlo, la Comisión Europea, a través del plan de acción para la independencia de los combustibles fósiles rusos (REPowerEU), establece que el transporte europeo consumirá en torno a cinco millones de toneladas de hidrógeno renovable en 2030. Frente a nosotros, tenemos un gran reto en el que nuestro país juega un papel estratégico. En el transporte colectivo, España está liderando el impulso europeo al hidrógeno verde con fuertes inversiones, clústeres industriales energéticos e investigación. En el ámbito urbano, ciudades como Madrid y Barcelona han dado pasos decisivos para dejar atrás los combustibles fósiles. La capital ha eliminado completamente los autobuses diésel, operando con flotas de gas natural comprimido, eléctricos y los primeros modelos de hidrógeno. En concreto, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) dispone en la actualidad de 30 líneas de autobuses de cero emisiones y ha incorporado 314 unidades electrificadas, con planes de adquirir 250 autobuses eléctricos adicionales y 10 de hidrógeno.

En paralelo, Barcelona ha desplegado una flota que ya supera las 50 unidades de autobuses propulsados por hidrógeno renovable. Además, la ciudad cuenta con 119 puntos de recarga entre cocheras y vía pública. Otras ciudades españolas como Palma de Mallorca, Zaragoza, Málaga y Oviedo han adquirido también autobuses impulsados por hidrógeno verde con la idea de expandir su uso en el futuro. En el sector marítimo, las directrices europeas marcan que el sector debe reducir la intensidad de sus emisiones un 2% este 2025, según el Reglamento europeo FuelEUMaritime, un porcentaje que irá escalando hasta llegar al 80% en 2050. Para ello, el hidrógeno verde representa la mejor opción ante la imposibilidad técnica de electrificar buques de gran tonelaje. De nuevo aquí, España está en el epicentro de la transformación energética al que está encaminado el sector con proyectos como el ferry Cap de Barbaria entre Ibiza y Formentera. Este buque híbrido, que opera desde mayo de 2023, utiliza hidrógeno en las maniobras de atraque y estancia en el puerto, y ha reducido un 33% las emisiones de CO2 frente al barco al que ha sustituido. El barco está equipado con una pila de combustible de hidrógeno comprimido de 100 kilovatios.

En el País Vasco, otro de los proyectos que nos sitúa a la vanguardia y en la cabeza de carrera es el H2Ocean, que desarrollará un barco fluvial con propulsión híbrida por hidrógeno para surcar la Ría de Bilbao. Autobuses, barcos y aviones forman parte ya de una transformación imparable con sello nacional. ¿Y si miramos al cielo? Es ahí donde el hidrógeno verde tiene su gran oportunidad al ser uno de los sectores más difíciles de descarbonizar. Si bien Airbus ha paralizado recientemente su proyecto ZEROe —que pretendía lanzar aviones de hidrógeno en 2035—, los estudios del Energy Outlook 2024 de Bloomberg apuntan a que en 2050 el 25% de la demanda mundial de hidrógeno vendrá del sector aeronáutico. El desarrollo de combustibles sostenibles de aviación (SAF), derivados del hidrógeno verde, está llamado a ser una de las grandes revoluciones de la movilidad aérea.

El hidrógeno verde no es, por tanto, una promesa lejana en nuestro país. Es una realidad de inversión que empieza a impulsar nuestra movilidad en cualquier modo. Europa ha marcado el rumbo, y la industria española está acelerando para recorrerlo. Desde la compresión y almacenamiento hasta su uso final en movilidad, la cadena de valor del hidrógeno se consolida como pilar fundamental para un sistema de transporte colectivo más limpio, resiliente y sostenible. Sin duda, el futuro de la movilidad no será exclusivo para una tecnología, pero ya nadie duda de que el hidrógeno verde será imprescindible para camiones, autobuses, barcos, aviones y zonas sin acceso fiable a la red eléctrica. El impulso español a esta tecnología sitúa al país en la vanguardia europea de la transición verde con un horizonte de movilidad limpia y sostenible con un vector en plena revolución.

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