
El Gobierno presenta 51 días después el informe en el que desvela las causas del apagón del pasado 28 de abril que dejó a oscuras al país. Según las conclusiones de las investigaciones Red Eléctrica y las energéticas fueron las responsables del incidente. No obstante, y aunque la vicepresidenta Sara Aagesen trate de diluir las culpas indicando que el cero energético se produjo por un problema "multifactorial", la realidad es que los investigadores cargan más las tintas sobre la gestora del sistema que sobre las empresas. Es cierto que la desconexión de ciertas centrales (algunas aparentemente indebidas) contribuyeron a la sobretensión generalizada del sistema que derivó en el apagón. Pero también es verdad que Aagesen fija el origen del problema en la mala planificación de Red Eléctrica.
Así, el informe expone que el operador había programado para el día 28 que diez centrales convencionales (gas, carbón y nucleares entre otras) estuvieran disponibles para poder hacer frente a episodios de sobretensión. Sin embargo, la noche previa al apagón una de esas centrales comunicó que no estaría operativa al día siguiente. Pese a ello Red Eléctrica decidió no activar ninguna central extra. Esta mala planificación ya provocó que el sistema mostrará oscilaciones de tensión desde horas antes a su colapso. Queda así patente el grave error de Red Eléctrica que, pese a la existencia de numerosos informes donde se alertaba del reto que para la red supone el aumento de la generación renovable, decidió no tener una reserva mayor de energía de soporte, lo que hubiera evitado el apagón. Las investigaciones, por tanto, dejan señalada a Red Eléctrica por un episodio que jamás debió ocurrir.