Madrid
En un país como el nuestro, que sufre un nivel muy alto de envejecimiento, parecería lógico que la edad de jubilación se retrasara, si no en todos los oficios, sí en aquellos cuyas exigencias físicas sean soportables cuando ya se han cumplido los 70 y tantos. Sin embargo, el verano pasado la Seguridad Social pactó con sindicatos y patronales un nuevo reglamento de coeficientes reductores, que es el vehículo para que algunos trabajadores puedan acceder antes a la jubilación. Actualmente es algo que ya beneficia a mineros y marineros, pues cada año trabajado cuenta como un periodo más largo, así que el empleado se puede retirar antes.
Es evidente que para ocupaciones penosas esa política parece razonable, pero el texto pactado, una vez pasado el trámite de audiencia pública (donde recibió muchas aportaciones), debe pasar por el Consejo de Estado. Pero las cosas no son fáciles pues en el fondo existe un sistema de pensiones bajo enorme presión, con prestaciones cada vez más altas y más numerosas. Por eso el reglamento establece que el impacto de los coeficientes debe ser neutro. Es decir, que se dé una sobre cotización suficiente como para compensar el alza del coste que supone que estas personas se jubilen antes. Pero este aumento de los costes laborales tiene preocupadas a varias de las patronales, pues la mayor parte recaerá en el empresario.
En cualquier caso, la evolución de las pensiones está sujeta al ojo de la Comisión Europea y antes del 31 de marzo no estará disponible el informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Se trata de una evaluación que impuso Bruselas porque desconfiaba de la reforma que aprobó el entonces titular de la Seguridad Social y que obliga a que cada tres años se revisen las proyecciones de gastos e ingresos y que, si surge una desviación, se tengan que tomar medidas correctoras.
Para ello la AIReF hace una evaluación de los impactos. Ya se ha publicado el de gastos. Y sobre los ingresos hizo un estudio preliminar la AIReF. Al juntar ambos, el resultado es que habría que compensar un desfase de unos 12.000 millones, que respecto al PIB actual representan un 0,8% del PIB.
A la vista de los datos demográficos, la edad de jubilación acabará variando cada vez más. Por ejemplo, el transporte de mercancías tendrá una jubilación más temprana. Así lo ve la patronal: "Asumimos que es un coste que habrá que pagar. No queremos como sociedad tener a un señor de 67 años a bordo de un camión". Y lo mismo opinan los sindicatos: "Este trabajo es muy lesivo, con altos niveles de estrés que conducen a problemas cardiovasculares mucha fatiga trastornos del sueño…". Y algo parecido ocurre en la construcción, pero en este caso los sindicatos piden que la carga de las jubilaciones caiga sobre la Seguridad Social.
En fin, que tener menos hijos a medio plazo trae consigo problemas sociales difíciles de resolver. Pero esta relación entra caída de la fecundidad y creciente envejecimiento se silencia con gran frecuencia, como si no hablando ni escribiendo de un problema éste desapareciera. Una ceguera peligrosa.
