
Casi un tercio del empleo creado desde el estallido de la pandemia corresponde a extranjeros. Según los datos de la Seguridad Social, estos trabajadores han sumado 696.224 afiliados medios desde abril de 2020 y alcanzan un máximo histórico de 2,67 millones a cierre de 2023. A pesar de que la inmigración apenas supone un 12% del total de los ocupados, su tasa de crecimiento triplica a la de los nacionales: un 35% frente a un 10%. Estos datos reflejan el grave problema demográfico que tiene España, que impide que las empresas encuentren mano de obra. Pese a ello, la inmigración se concentra en sectores de bajo valor añadido, como comercio o hostelería. Sería por ello deseable promover políticas que atraigan a inmigrantes más cualificados.