Opinión

Inmigración y trabajo

  • La inmensa mayoría del nuevo empleo neto que se crea en España lo ocupan extranjeros
Pareja de adultos mayores caminando con niños.

La llegada masiva de inmigrantes a las Islas Canarias, procedentes de Senegal y Mauritania, ha vuelto a poner sobre el tapete discusiones ideológicas y políticas en torno a la inmigración, asunto sobre el cual la UE parece querer no entrar, pero una UE con unos índices de fecundidad bajísimos (España es el país que tiene la menor fecundidad de todos los países de la UE) y un envejecimiento disparado tiene, demográficamente hablando, un alivio en la inmigración.

Merece la pena poner sobre el tablero algunos datos elementales, que sacaré del informe presentado por el Observatorio Demográfico del CEU.

En enero de 1976, los extranjeros en España eran algo menos del 0,5% de la población (unos 160.000 sobre 35,9 millones de habitantes), con más de un 60% de europeos occidentales. Una parte muy apreciable de la colonia extranjera eran entones jubilados europeos que vivían mayoritariamente en Canarias, Alicante, Málaga o Baleares. La participación de extranjeros en la fuerza laboral española era mínima. Veinte años después, su peso en la población era mayor (un millón largo en una España con 39,9 millones de habitantes), y su presencia en la fuerza laboral también, aunque seguía siendo muy reducida (1,3% de los ocupados, con 2,6% de la población). En el primer trimestre de 2023 los extranjeros, con o sin doble nacionalidad, representaban un porcentaje muy relevante de la población con empleo. El día 1 de abril de 2023 vivían 8,3 millones de extranjeros en España, de los que un poco más de 4 millones, según los microdatos de la EPA, tenían empleo en el primer trimestre de 2023, el 19,9% de todas las personas "ocupadas" en ese trimestre.

Por procedencia, la mitad de los ocupados de origen extranjero en el primer trimestre de 2023 eran iberoamericanos. Un 30%, europeos o norteamericanos (estos últimos, relativamente pocos), de los que más del 70%, de la UE. Un 14%, africanos (en más del 70%, marroquíes), y un 6%, asiáticos.

Los inmigrantes, en conjunto, tienen tasas de paro mucho más altas que los españoles, y en la Gran Recesión iniciada en 2008, sus niveles de desempleo alcanzaron cotas elevadísimas. Sin embargo, en los últimos años, el incremento del número de extranjeros ocupados es muy superior al de españoles, de modo que la inmensa mayoría del nuevo empleo neto lo ocupan extranjeros.

Según la EPA, entre el primer trimestre de 2022 y el de 2023, en una España en vías de recuperación a la "vieja normalidad" tras la crisis de la pandemia, se crearon 368.100 empleos. Según los datos del INE, el incremento de empleo de extranjeros, incluidos los que tienen doble nacionalidad, fue de 284.400 (esto es, el 77% del empleo creado). Pero analizando los microdatos de la EPA, y contando entre los españoles solo a los que lo son de nacimiento (es decir, sin los que tienen nacionalidad española adquirida), se puede ver que el incremento de ocupación entre los extranjeros -grupo que incluye también a inmigrantes que han trocado su nacionalidad de origen por la española- fue de 348.600: casi el 95% del empleo neto creado.

Bien se ve que la presencia de inmigrantes ya resulta imprescindible en la vida laboral española, y esa dependencia no hará sino crecer.

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