
Coincidiendo con su mayoría de edad, la Princesa de Asturias jura la Constitución Española, tal y como hizo su padre el Rey Felipe VI, hace ya 37 años. España ha mejorado en este periodo. Aunque en la actualidad nuestro país está sumido en una inestabilidad institucional surgida tras las generales que no tiene un un claro fin con un gobierno en funciones y una segunda investidura aún sin fecha.
A esto se suma el cuestionamiento del orden político y económico surgido de la Constitución de 1978 del que algunas partidos del arco parlamentario hacen gala. En medio de este difícil contexto la Monarquía da un nuevo ejemplo de estabilidad y funcionamiento normalizado.
Esto se demostrará en la jura de la Princesa de Asturias, contemplada en el Artículo 61 de nuestro Carta Magna. El evento seguirá el protocolo establecido y será similar a la del Rey Felipe. De hecho, tras finalizar el acto se le impondrá a Leonor de Borbón el collar de la Orden de Carlos III, con el que se condecora a aquellas personas que destacan por sus buenas acciones en beneficio de España. No se trata de un reconocimiento cualquiera, ya que la propia Princesa de Asturias se ha preparado a conciencia para ejercer su papel de futura Reina con una formación acorde a sus responsabilidades.
Así lo dejó claro ella misma en su discurso con motivo de los Premios Princesa de Asturias al asegurar "que entiendo muy bien y soy consciente de cuál es mi deber y lo que implican mis responsabilidades". Unas palabras con las que dejó patente que al contrario de lo que ocurre en otros países, en España la Corona se pone al servicio de los poderes del Estado. La Princesa Leonor asegura así la normalidad institucional que España necesita para mantener su unidad y seguir impulsando su economía.